Economía, General — 27 agosto, 2013 at 5:17 pm

Así se generó la crisis económica mundial (explicada para profanos en la materia)

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Mientras vivimos las tensas horas de -probablemente- el último intento de la Cábala oscura por generar la III Guerra Mundial (con la aquiescencia de únicamente ocho países) se me ha ocurrido una manera de explicar cómo se generó la crisis que, creo, puede ser entendida por cualquier persona, sin conocimientos de economía o bolsa. Por supuesto, es una simplificación en aras de propiciar el entendimiento.
Como demostró el documento esgrimido por Greg Palast el otro día, en 1997 los sionistas al mando de la Reserva Federal Americana, el Tesoro y los cinco principales bancos USA dieron un golpe de estado, primero en su propio país, y después en el mundo, a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC=WTO) para eliminar la diferencia entre «banca de inversión» (en bolsa) y la «banca de los ahorradores». A través del chantaje, lograron obligar a un montón de países a derogar sus respectivas legislaciones nacionales y «abrir sus países a la inversión internacional», es decir, a estos bancos depredadores que ofrecían excelentes intereses y que obligaron, por mor de la competencia, a los bancos y cajas nacionales a utilizar igualmente los ahorros de los seres humanos en el casino de la bolsa mundial.
Fue entonces cuando los seres humanos normales se vieron inmersos en productos tóxicos como las famosas «preferentes» o las menos famosas pero más dañinas «derivadas» que han llevado a medio planeta a la bancarrota. Sin duda alguna, no fue por casualidad que todo esto coincidiera con la emisión del «Euro»: a buen seguro que parte de la legislación que permitió esta locura venía incluida en los acuerdos para el euro pero no me voy a meter en ese «jardín» ahora: sería complicar mucho la cosa, de momento, pero sí es preciso resaltar que los atentados del 11 de septiembre fueron fundamentales para colocar a la población mundial en un estado de shock tal que les impediría, hasta mucho tiempo después, darse cuenta del monumental engaño que estaban sufriendo.
Imagínate que tus ahorros son una botella del mejor vino, pongamos que un Vega Sicilia, valorado en 10.000 euros. Tú crees que tienes tu mítica botella tranquila en tu banco o caja de ahorros pero, sin embargo, gracias a la nueva legislación (y ese rumor lanzado por los medios de comunicación de que ¡la bolsa va a subir siempre!), tu banco la coloca en el casino de la bolsa donde se va mezclando con vino en tetrabrik de ínfima calidad. Esas nuevas botellas que contienen una pizca de tu Vega Sicilia (el dinero real) se van mezclando, no solo con vinos de ínfima calidad, sino ¡con agua!; es decir, las proyecciones de lo que esa botella va a valer en el futuro.
Evidentemente, este es un juego de control del timing y de la información del mercado porque, al final, de lo que se trata es de saber en qué momento el «mercado» (los ahorradores de los países) se van a enterar del fraude y van a retirar sus botellas del banco… para darse cuenta de que vendieron su excelente vino y sólo tienen un poco de agua teñida de rojo.
Entonces, cuando van a por su botella al banco, se dan cuenta de que, al dejarla, firmaron un papel que ya les avisaba de que la recuperación de su vino más los intereses por el valor que hubiera alcanzado estaba en función ¡de los vaivenes del mercado!
La burbuja estalla cuando el nivel de endeudamiento llega a tal punto que no se puede generar más riqueza artificial, es decir, agua tóxica, de manera que ha de pincharse. ¡Pero hay más: todavía se puede sacar beneficio del empobrecimiento de los ahorradores!
Para acabar de rematar a los bancos y los países, los vampiros sionistas se inventaron otra cosa, más buitre todavía, llamada «derivada», que es una apuesta a cómo se van a comportar las tasas de interés, las deudas, los depósitos, etc. Igualito que un casino… pero con tu dinero, el mío y el de nuestros países.
Dado que los mismos que crean estos productos son los que deciden -a través de oscuros aparatos como las «agencias de calificación de riesgo» o la mítica «prima de riesgo»- qué deudas son impagables y cuáles se pueden dejar aumentar hasta la eternidad, estos señores de la Reserva Federal, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial pueden llevar a la ruina a todo país, simplemente, con declarar la incapacidad de tal nación para asumir su deuda.
Lo publican en sus medios de comunicación y al día siguiente, cunde el pánico y la burbuja de un país pincha… como en Grecia, o en Chipre, o en Argentina…
Lo «mejor de todo» es lo último que se les ha ocurrido a los banqueros solicitar como aval a los gobiernos para ¡inyectarles fondos!
Seguro que os va a costar creerlo: ¡el gobierno de los Estados Unidos ha colocado como aval de sus deudas ante sus acreedores a sus propios ciudadanos! (en letras mayúsculas, claro).
Por lo visto, cada ser humano tiene un valor en bolsa: la plata es su cuerpo y el oro… su alma. El siguiente paso sería, evidentemente, la obligatoriedad de colocarse un chip si se quiere acceder al dinero electrónico que los sionistas impondrían como obligatorio, una vez tumbado el sistema monetario mundial (cosa que no va a ocurrir, a dios gracias).
PD: En estos momentos, he de recordar al filósofo asturiano Gustavo Bueno, a quien allá por el 97-98 escuché decir por primera vez que la bolsa era un casino que iba a llevar a la ruina a todos los países. Fue en el marco de un curso de verano de El Escorial.¡Gran Visionario!