Rectificar es de sabios: la última película de Alex de la Iglesia «Las brujas de Zugarramurdi», es sin duda alguna el filme español más interesante desde «El concursante». Nadie más que un hombre recientemente separado (y sufriendo los embates del feminismo) como el propio Alex de la Iglesia ahora mismo, podría haber compuesto este auténtico exorcismo del feminismo, en el que hace el evidente paralelismo que ya denuncié en el libro «Ingeniería Social para destruir el Amor»: las brujas eran la feministas de antaño y su real deseo, destruir el Amor entre hombre y mujer.
Armada de divertidos diálogos y de la sobredosis de sangre que todo filme gore contiene, alberga momentos memorables como cuando la brujita Carolina Bang obliga a homosexualizarse a los dos coprotagonistas (los guapos del momento, Mario Casas y Hugo Silva) mientras todavía está en las manos de la madre y la abuela castradoras de su feminidad. Cuando el príncipe despierta a la brujita al Amor, ésta entra en un estado de patatús que, para mí, marca el final del Feminismo en este país. Impagable esta escena.
Siendo las «Brujas de Zugarramurdi» y las «sorgiñas» en general, un símbolo ancestral del País Vasco, que la película la haya hecho un bilbaino como Alex también genera un auténtico exorcismo en la tierra donde más se masculinizaron las mujeres de España a causa de esa paranoia del siglo XX conocida como «feminismo». Que se atreva a hacer chistes como el «Barrenetxea» (la que barre la casa) ayudará sin duda a que los vascos se atrevan a hacer lo que más les cuesta: reírse de sí mismos. (El mayor defecto de todos los narcisistas, y el nacionalismo y el feminismo son dos enfermedades de esta tipología).
Evidentemente, la película contiene toques claramente satánicos como el que el ladrón robe disfrazado de Jesucristo pero la orientación final de la película es claramente positiva, pues el «botín» que se juega son, precisamente, las alianzas de boda que los hombres maltratados han robado y que las brujas pretenden (además de al niño): inteligente el argumento trazado por el guionista, Jorge Guerricaechevarría. No me digas que no tiene narices que el autor de este filme se apellide, ¡además! «de la Iglesia».
¡Ah! El toquecito de que los dos policías, con problemas con sus respectivas esposas, se hagan maricas, parece sacado de «La Conspiración del Movimiento Gay».
PD. Hay en cartelera otra película sobre una loca enamorada que también tiene muy buena pinta. Se llama «La herida».
PD 2: Creo sinceramente que Alex lo ha clavado: la verdadera razón para que las brujas fueran quemadas en la hoguera fue porque realizaban hechizos (MK Ultra ancestral) y drogaban a las mujeres para que reaccionaran contra sus hombres y no vivieran el Amor. En otras palabras, «le jodían» la vida a todos. Las brujas eran las feministas de antaño, y las feministas de hoy son las brujas de la Edad Media.
