General — 16 julio, 2014 at 11:36 am

La discoteca Amnesia pertenece al lobby pedófilo; detenciones en Disney y el mundo del cómic, seguramente parte de una gran operación mundial.

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Fijaos en los ositos del ángulo inferior izquierdo, y los pollitos, al otro.
Fijaos en los ositos del ángulo inferior derecho, y los pollitos, al otro.

Hace exactamente un año, os decodificaba un cartel de una discoteca ibicenca en el que aparecía, poco subliminalmente, un cipote debajo de la millonaria Paris Hilton y de la mención al travesti, La Troya.

Un año después, me encuentro con este otro cartel del travesti del año pasado en el que aparece el logotipo de los pedófilos (el osito de peluche) en posición claramente sodomizante con otro osito, y bajo el eslógan «Somos como niños».

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Paris Hilton pinchando en Amnesia 2013:

La sincronía hace que este cartel claramente pederástico esté en las calles ibicencas mientras se detiene a decenas de trabajadores de Disneyland, una empresa a la que ya venimos denunciando por sus imágenes sexuales subliminales en los dibujos animados para niños, la perversión con la que engendra a juguetes rotos como Britney Spears o Miley Cyrus y, acordaos, el famoso «Club 33» que bien podría ser el corazón de los pedófilos disney donde se aprovechan de las propias estrellas de la factoría.

Si a ello unimos la detención del director de la mayor feria de cómics, un judío que se ha defendido de las acusaciones de abuso sexual infantil, tildándolas de «antisemitas», y las conectamos con la operación en curso en Inglaterra dentro del propio parlamento, tenemos una clara operación mundial en curso que es, hay que decirlo así, LA operación que estábamos esperando y que marca el final de esta élite perversa en el poder.

Ahora yo digo, ¿sería mucho pedir que abrieran una investigación sobre los dueños de la discoteca Amnesia?, puesto que ni por asomo se me puede ocurrir que ni el diseñador del cartel ni el jefe del marketing de la discoteca se les pueda ocurrir poner en riesgo todo el negocio con una imagen tan claramente perversa sin la aprobación de la dirección.