Historia oculta — 4 agosto, 2014 at 12:33 pm

El secreto del verdadero significado de la palabra «Autoridad», ¡transparente!

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Si le preguntas a todo aquel votante de «Podemos» por el concepto de «autoridad», te remitirá, escaldado, a la doctrina de la igualdad de todos los individuos, asociando ese poder a la corrupción y la injusticia.
En realidad, dado que los gobiernos son manifiestamente corruptos, quien más quien menos, ha asociado ambas nociones.
Como sabéis, una parte importante de mi investigación se vale de una herramienta tan aséptica e imparcial como el diccionario, donde nos encontramos, al bucear por su origen etimológico, con el verdadero significado de cada palabra, de cada noción.
Tenemos que el diccionario actual mezcla las nociones de «autoridad por derecho» y «autoridad de hecho«.
1. f. Poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho.
La Autoridad es el que tiene el mando, sea producto de la moral (derecho) o de la fuerza (de hecho).
En la segunda acepción, ya encontramos la acepción «legitimidad», junto a otras dos acepciones más «realistas» como la «potestad» o la «facultad».
2. f. Potestad, facultad, legitimidad.
Es en la tercera acepción que recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua donde empezamos a vislumbrar el timo, cuyas
consecuencias son innumerables, pues pone en tela de juicio a lo que hoy conocemos como «autoridad».
3. f. Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia.
La flagrante mentira en la que vivimos alrededor de la «autoridad» queda meridianamente clara cuando llegamos a la etimología de la palabra y nos encontramos con que «la palabra autoridad viene del latín «autoritas» y a su vez de la voz «autor», cuya raíz es «augere» que significa «aumentar», promover, hacer progresar. Desde el punto de vista etimológico, «autoridad» es una cualidad creadora del ser, así como de progreso. Se aplicó esta palabra al prestigio moral, a la capacidad o superioridad de una persona en función de una determinada actividad o saber. También se aplicó a la fuerza de convicción o poder demostrativo de una cosa. La autoridad, en sentido moral y psicológico señala el modo de ser de una persona que suscita natural acatamiento«.
De acuerdo a la etimología, «autor» no es sólo quien crea algo sino quien hace que crezca y que prospere.
Por otro lado, la «potestas», es decir, el poder, está más bien relacionado con un mando que sólo requiere de sumisión y acatamiento, de capacidad efectiva de imposición.
Conclusión: la autoridad moral es la verdadera autoridad. La otra es una tomadura de pelo.