Arte — 25 agosto, 2014 at 10:36 pm

Homenaje a los grupos de chicas de los 60’s en el día de mi cumpleaños

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En el día de mi cumpleaños, os regalo unos cuantos minutos de la música que más me gusta: los grupos de chicas de los años 60, incluido un excelente documental sobre cómo se creó ese sonido tan reconocible y esa canciones tan bonitas.
El año pasado, mientras escribía «La Historia secreta de Hollywood» y correlacionaba lo que oficialmente pasaba en Estados Unidos a lo largo del siglo pasado con las películas, la música que se escuchaba y las acciones paralelas del gobierno secreto, me di cuenta de que el advenimiento de la era hippie hubiera sido imposible sin el apogeo de este género musical que creó canciones tan dulces, románticas y tiernas.
Tratad de poneros en la piel de los hippies que en los años 67 y 68 tenían veintitantos años. Imaginaos que pones la radio cuando tienes 15 o 16 años y escuchas estas preciosas canciones (y las de Sam Cooke, Otis Redding y The Beatles, claro): ¿cómo ibas a estar cuando tuvieras 23 sino lleno de Amor?
El verano del amor fue consecuencia inequívoca de las canciones de estas adorables chicas negritas, pero creadas por un complejo equipo de letristas, compositores, arreglistas, productores e ingenieros de sonido, como comprobamos en el documental seleccionado.
Creo que a mucha gente se le ha pasado reconocer que el apogeo de los grupos de chicas de los 60 coincidió con la presidencia de John Fitzgerald Kennedy; es cierto que antes de 1961 y después de 1964 hubo grandes canciones de este tipo de música (las Supremes de Diana Ross, por ejemplo) pero es irrebatible que fue durante ese periodo luz del asesinado presidente Kennedy que el género alcanzó su apogeo.
La pregunta del millón: ¿qué fue antes, el huevo o la gallina?
¿Fue la esperanza desencadenada por el católico presidente lo que provocó este aluvión de amor o, más bien, desde la propia presidencia se apoyó (o incluso se creó) este género?
Me quedo con la segunda opción, dado que la «fábrica» del género (sello Motown) se situó en Detroit, muy cercano a la propia industria automovilística que era uno de los bastiones de los patriotas USA antisionistas, como el propio Henry Ford, que denunció la conspiración sionista y falleció en 1947. Evidentemente, un presidente puede tener influencia en la música que suena en la radio y la TV, sobre todo porque en aquella época había algunos medios semipúblicos en los Estados Unidos (y otros que todavía no habían caído en las manos de los sionistas).
Y la prueba de lo que digo es que el género murió prácticamente con la muerte de Kennedy (aunque sus semillas florecieron con el movimiento hippie). Curioso también que casi el 100% de los grupos (todos, a excepción de Las Sangri-las) estuvieran compuestos de negritas o mulatas, en una época en la que los grandes cantantes de soul negros (Sam Cooke, Otis Redding, Marvin Gaye, Wilson Pickett) dominaban las emisiones radiofónicas. Una época de integración de la cultura afroamericana.
En este caso, creo que estamos ante una Ingeniería Social de signo positivo, prueba de los efectos benéficos que puede tener la música. De cualquier modo, jamás la música que suena en la radio ha alcanzado tal grado de dulzura.
Y si comparamos el efecto de esta música sobre las mujeres de aquella época y lo comparamos con la influencia de la bazofia de Shakira, Britney, Lady Gaga, Miley, Madonna y demás engendros Iluminati sobre las lesbianizadas chiquillas actuales… En fin, a la vista está.