Arte — 27 septiembre, 2014 at 8:32 pm

Brian Wilson, líder de Beach Boys: el hombre que se volvió loco por un disco que acabó… 36 años después

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Cuando revisas la música de los años 60 te das cuenta de que en esos años pasó algo grande, y no sólo a nivel musical, obviamente, porque, como hemos visto, los artistas recogen el espíritu «que flota por el aire» y lo convierten en ritmos y melodías.
Si repasas la carrera de gente como Janis Joplin, Otis Redding, Jimi Hendrix, Sam Cooke, Jim Morrison o los propios Beach Boys de Brian Wilson repararás en que en apenas 4 años abrieron caminos para la música que se vienen repitiendo desde entonces.
En el anterior vídeo, conocimos (en la cama) al verdadero genio de los Beach Boys, un chico sordo de un oído que generó una auténtica obra maestra de la música popular como el disco «Pet Sounds» y que se puso a investigar con el LSD, imbuido por esa competitividad para llegar más lejos…
Las crónicas oficiales le han relegado al papel del «loco», el «colgado», pero en este vídeo conoceréis que el bueno de Brian alcanzó unos estados de conciencia en los que, simplemente… se iluminó, se adelantó a su tiempo. [Y eso creo que fue lo que les pasó a unos cuantos hippies con el LSD; que vieron demasiado y el mundo que habían visualizado no iba a llegar hasta… 40 años después].
Sí, habéis leído bien, la manera de calificar el estado de Wilson fue el de la iluminación: eso fue lo que le llevó a meterse en el estudio y crear esa maravilla llamada «Good Vibrations» con una clara intención «cuántica».
El caso es que la incomprensión de su familia/compañeros de banda hizo que entrara en depresión en 1966 porque no comprendieron su obra magna, «Smile», una obra que repasan en este siguiente vídeo y de la que dicen «el título de ‘sonrisa’ tenía una doble lectura porque en realidad quería decir que esa inocencia iba a durar poco, que aquellos años de florecer iban a desaparecer».
Tuvieron que pasar 36 años para que Brian despertara, terminara el disco y llegara, incluso, a presentarlo en directo.
En el siguiente vídeo podréis ver, por ejemplo, la devoción con la que un Paul McCartney (sí, ambos se conocen desde entonces) se arrodilla y besa las manos de Brian, saludando su vuelta al mundo del arte.
Más abajo, escucharéis el disco entero.
Obra Maestra. Ahora sí que hay gente que puede apreciarlo, Brian.