Espiritualidad — 8 octubre, 2014 at 12:24 pm

La operación cabalística de Un Curso de Milagros, desvelada: su canalizadora era parte del Proyecto MK Ultra

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¿Te imaginas que una persona que piense que nadar es un pecado te intente dar clases de natación?
Absurdo, ¿verdad?
¿Te imaginas que una persona que desprecie la Verdad se haga periodista?
¿Te imaginas que una persona que desprecie al Ser Humano se haga médico?
Bueno, pues un absurdo tan grande es que una persona que considere que «juzgar es malo» pretenda opinar de algo, de cualquier cosa, por la sencilla razón de que «juzgar es formar una opinión sobre una persona o cosa».
A lo largo de todos estos años en los que, como sabéis, he conocido a fondo el movimiento New Age, he tenido muchísimo contacto con personas que siguen el «Curso de Milagros» (y de hecho, unas cuantas de mis amigas y amigos son seguidores de este famoso libro, y aprecio sinceramente a muchas de ellas). He visto, por tanto, las repercusiones en la psique de mucha gente de buen corazón pero con una «dualidad» bastante señalada; al igual que el pueblo judío parecen regidos por un orden mental «particular».
A lo largo de estos años, como digo, he hojeado alguna vez este libro pero nunca me he planteado investigar sobre él: lo que me ha llevado a ello ha sido el «fenómeno Enric Corbera» que, como sabéis, está basado, por un lado, en el eficaz aprovechamiento de la sabiduría legada por el doctor Hamer y por otra, en su defensa del «Curso de milagros».
Y ahí me encontrado con la base del fenómeno «juzgar es malo» que es un auténtico cáncer de la New Age y que ha dejado a la Humanidad en manos de psicópatas sin posibilidad de juzgarlos ni criticarlos, por tanto. ¡Precisamente los políticos piensan de la misma forma que los seguidores del Curso de Milagro: nadie les puede juzgar! ¡Ellos son dios! ¡Tienen la misma moral!
Mucha atención a estos párrafos del Curso de Milagros, algunas de cuyas frases destaco en negrita.

1. Los juicios, al igual que los demás mecanismos mediante los cuales se mantiene vigente el mundo de las ilusiones, es algo que el mundo no entiende en absoluto. 2De hecho, se les confunde con la sabiduría y se usan como sustituto de la verdad. 3Tal como el mundo usa el término, un individuo es capaz de tener «buen» juicio o «mal» juicio, y su educación tiene como objeto reforzar el primero y minimizar el segundo. 4Existe, no obstante, una gran confusión con respecto a lo que significan estas categorías. 5Lo que es «buen» juicio para uno, es «malo» para otro. 6Lo que es más, una misma persona puede clasificar la misma acción como muestra de «buen» juicio en una ocasión y de «mal» juicio en otra. 7Tampoco puede enseñarse realmente un criterio consistente para determinar lo que son estas categorías. 8En cualquier momento, el estudiante puede estar en desacuerdo con lo que su supuesto maestro dice acerca de ellas, o el maestro mismo puede ser inconsistente en lo que cree. 9″Buen» juicio, en este contexto, no significa nada. 10″Mal» juicio tampoco.
[Esta afirmando el relativismo moral de que no hay una realidad objetiva que se pueda juzgar. ¡Que se lo digan a Bárcenas, Blesa, Bush y los banqueros que roban y financian el terrorismo, verdad, señor Corbera?].
2. Es necesario que el maestro de Dios se dé cuenta, no de que no debe juzgar, sino de que no puede. 2Al renunciar a los juicios, renuncia simplemente a lo que nunca tuvo. 3Renuncia a una ilusión; o mejor dicho, tiene la ilusión de renunciar a algo. 4En realidad, simplemente se ha vuelto más honesto. 5AI reconocer que nunca le fue posible juzgar, deja de intentarlo. 6Esto no es un sacrificio. 7Por el contrario, se pone en una posición en la que el juicio puede tener lugar a través de él en lugar de ser algo que él emite por su cuenta. 8Y este juicio no es ni «bueno» ni «malo». 9Es el único juicio que existe, y es sólo uno: «El Hijo de Dios es inocente y el pecado no existe».
[Apabullante oximorón: «no es que no debas juzgar» (porque no hay moral y nadie te puede decir lo que está bien y lo que está mal) sino que «no puedes» y «renuncias a lo que nunca tuviste». ¡Genial! ¡Cómo vas a renunciar a algo que nunca tuviste? «Renuncia a una ilusión o, más bien, renuncia a la ilusión de renunciar a algo». ¡Y eso le vuelve más honesto! ¡Renunciar a diferenciar el bien del mal te vuelve más honesto. ¡Acojonante! Pero atención a lo siguiente. «Se pone en una posición en la que el juicio puede tener lugar a través de él en lugar de ser algo que él emite por su cuenta». O sea, que al final si que hay alguien que juzga pero no eres tú. ¡Ajajjá! «Y este juicio no es ni bueno ni malo». ¡Toma ya! ¡Otro oximorón como un piano! Si el juicio es, por definición, la discriminación entre el bien y el mal «cómo no va a ser ni bueno ni malo?». Pues seguidamente te lo aclara: «El hijo de Dios es inocente y el pecado no existe». Toma ya. ¿Cómo se atreven a mezclar estos dos conceptos tan alejados puesto que fueron los malos los que precisamente asesinaron a Jesucristo? Bueno, lo aprenderéis unos párrafos más abajo pero os adelanto que tiene que ver con la exculpación, precisamente, de aquellos que ordenaron asesinar a Jesucristo].
3. El objetivo de nuestro programa, a diferencia del objetivo del aprendizaje del mundo, es el reconocimiento de que juzgar, en el sentido usual, es imposible. 2Esto no es una opinión sino un hecho. 3Para poder juzgar cualquier cosa correctamente, uno tendría que ser consciente de una gama inconcebiblemente vasta de cosas pasadas, presentes y por venir. 4Uno tendría que reconocer de antemano todos los efectos que sus juicios podrían tener sobre todas las personas y sobre todas las cosas que de alguna manera estén involucradas en ellos. 5Y tendría que estar seguro de que no hay distorsión alguna en su percepción, para que sus juicios fuesen completamente justos con todos sobre los que han de recaer ahora o sobre los que hayan de recaer en el futuro. 6¿Quién puede hacer eso? 7¿Quién, excepto en delirios de grandeza, pretendería ser capaz de todo esto?
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Yo me pregunto: si no hay Maestro ni tampoco juicio de lo que está bien ni de lo que está mal, ¿con qué autoridad moral (diferencia del Bien del Mal) tiene derecho a decir el señor Corbera* a sus pacientes que se separen, que su enfermedad proviene de no sé qué trauma de la infancia, que te tienes que separar de tu esposo o, en fin, cobrar miles de euros por sus cursos? ¿Vas a pagar dinero a alguien para quien «dar su opinión sobre cualquier cosa es algo malo»? ¿Cómo puedes enseñar entonces si tu opinión no es importante? ¡Deberías estar callado el resto de tu vida!
Como acabáis de leer, El Curso de Milagros sostiene sin ambages alguno, que el Ser Humano no tiene capacidad para conocer la Verdad ni por tanto discriminar el Bien del Mal, luego está incapacitado para opinar DE NADA!!
¿Cómo coño -con perdón- se puede tener la inmensa caradura de convertirse en un gurú explicando el origen de los males de una persona si esa misma persona descree no sólo de la capacidad de discriminar el bien del mal (juzgar) sino, más allá, de la existencia del Mal mismo? ¿Acaso no es la palabra «mal» un sinónimo de «enfermedad»?
[Me he quedado alucinado con la expresión «Maestro de Dios»: simplemente, no tengo palabras, me suena demasiado descaradamente luciferino para darle crédito y que nadie se haya dado cuenta antes de ello. Lo dejo como un error de traducción].
Lo que me encanta es el comienzo del tercer párrafo: ¡Para enmarcarlo! «El objetivo de nuestro programa, a diferencia del objetivo del aprendizaje del mundo, es el reconocimiento de que juzgar, en el sentido usual, es imposible. 2Esto no es una opinión sino un hecho». ¡Toma ya! ¡Y se queda tan ancho! Si no es una «opinión», es una revelación divina, obviamente. ¿De dónde procedió esta revelación?

En este momento es cuando debo hacer un paréntesis.

La psicóloga judía que canalizó «Un curso de Milagros» era parte del Proyecto MK Ultra porque colaboró con el jefe de uno de esos subproyectos.

Es muy probable que desconozcáis que la señora que canalizó «El Curso de Milagros» era una psicóloga judía de la familia de los Cohen (los rabinos descendientes de Aarón) que cambió su apellido Cohn al casarse por el de Shucman, y trabajó con el también psicólogo clínico William Thetford que era parte del Proyecto Bluebird de control mental, dentro del mítico Proyecto MK Ultra.
De acuerdo al curriculum de Thetford, desde 1971 hasta 1978 fue profesor de psicología médica y no cualquiera: durante esos años lideró el proyecto de investigación «teoría de la personalidad», un subprograma de la CIA perteneciente al MK ULTRA. Estas fechas se ajustan perfectamente al nacimiento de Un Curso de Milagros, puesto que su «canalización» habría tenido lugar entre 1965 y 1972. Fue durante esos años que la judía Cohen-Schucman afirma haber canalizado a Jesús para escribir «Un Curso de Milagros», lo que demuestra sin duda alguna que formó parte de un Proyecto de Control Mental de la población. (Por cierto, ¿no os parece un poco raro que una judía afirme haber canalizado a Jesucristo?).

Umm, la cosa va encajando, ¿verdad?
Continúo leyendo estos párrafos seleccionados y me encuentro que he pecado de inocente al creer que la expresión «Maestro de Dios» era un error de traducción, pues lo vuelve a repetir en el punto 5.
5. Abandona, por lo tanto, todo juicio, no con pesar sino con un suspiro de gratitud. 2Ahora estás libre de una carga tan pesada, que sólo podría haberte hecho tambalear y caer debajo de ella. 3Y todo era una ilusión. 4Nada más. 5Ahora el maestro de Dios puede levantarse aliviado y marchar hacia adelante con paso ligero. 6Mas éste no es su único beneficio. 7Su sensación de preocupación ha desaparecido, pues no tiene ninguna razón para ello. 8La ha abandonado, junto con sus juicios. 9Se entregó a Aquel en Cuyo juicio ha elegido ahora confiar, en lugar del suyo propio. 10Ya no comete errores. 11Su Guía es infalible. 12Y donde vino a juzgar, ahora va a bendecir. 13Donde ahora ríe, antes venía a llorar.

¿Alguien recuerda qué religión proponía que sus sacerdotes dieran lecciones a Dios?
¡Bingo! ¡El Talmud babilónico!
Este párrafo es tremendamente consistente con la actitud de los seguidores de El Curso de Milagros ante la vida: la autosuficiencia en lo que dicen como si tuvieran la palabra «revelada» a pesar de que, en principio, no están autorizados a hablar de nada (puesto que no creen en el juzgar). «¡No cometen errores! ¡Su guía es infalible!» ¿Cómo es posible?
Muy sencillo: al matar el juicio, han matado su conciencia y se creen Dios, de manera que esa otra entidad que les otorga el calificativo de «Maestro de Dios» ha tomado posesión de sus actos.
Por eso muchos encontraréis de que, cuando contradecís con argumentos sólidos a una persona que sigue El Curso de Milagros, entra en cólera y casi que echa espumarajos por la boca. Haced la prueba: decidles que os explique cómo es posible que puedan opinar sobre algo o pretender llevar la razón si no creen en el juicio.

Como era de esperar, la extendidísima paranoia de que el nuestro «Yo» es malo por la naturaleza (El «Ego») es producto de esta enseñanza talmúdica al igual que esa otra propagada por el rabino Sigmund Freud llamada «psicoanálisis» (en realidad, El Curso de Milagros desciende de ese Talmud 2.0 que es el psicoanálisis).

1. Las ilusiones no perdurarán. 2Su final es indudable y eso es lo único que es seguro en su mundo. 3Por eso es por lo que es el mundo del ego. 4¿Qué es el ego? 5El ego no es más que un sueño de lo que en realidad eres. 6Un pensamiento de que estás separado de tu Creador y un deseo de ser lo que Él no creó. 7El ego es un producto de la locura, no de la realidad. 8Es tan sólo un nombre para lo innombrable. 9Un símbolo de lo imposible; una elección de opciones que no existen. 10Le damos un nombre sólo para que nos ayude a entender que no es más que un pensamiento ancestral según el cual aquello que se ha inventado es inmortal. 11Mas ¿qué podría proceder de ello, excepto un sueño que, al igual que todos los demás sueños, tan sólo puede terminar en la muerte?
El absurdo metafísico que envuelve esta filosofía se descubre en la primera frase del siguiente párrafo.
«Qué es el ego? 2El ego no es nada, pero se manifiesta de tal forma que parece ser algo».
¿Cómoooo? ¿Alguien me puede explicar semejante soplapollez? ¿Si «el ego no es nada», entonces de qué cojones estamos hablando? ¿Quién está emitiendo opiniones y clases magistrales’
Ved cómo lo contesta en las siguientes frases.
3En un mundo de formas no se puede negar al ego, pues sólo él parece real. 4Mas ¿podría el Hijo de Dios tal como su Padre lo creó morar en una forma o en un mundo de formas? 5Si alguien te pide que definas al ego y expliques cómo se originó, es porque cree que el ego es real e intenta, por definición, asegurarse de que su naturaleza ilusiva quede oculta tras las palabras que parecen otorgarle realidad.
¡Estupendo! ¡Sólo el ego parece real pero si alguien te pide que lo definas y expliques es porque cree que es real pero su naturaleza alusiva queda oculta tras las palabras que parecen otorgarle realidad!
¡Tremendo! ¿Alguien puede decirme de qué coño está hablando?
Sinceramente, a mí solo se me ocurre una: el Demonio. El Ego es el Demonio. Como «Ego» significa «Yo», y nuestro yo es malo, entonces todos estamos poseídos pero, como dice el Curso, es mejor no intentar descubrir qué es.

¿Solución?

Desaparece «tú» y deja ser poseído por esa entidad.

Ahora bien, ¿quién ha dicho que Dios posea a nadie? Dios es quien nos ha dado el libre albedrío para que lo utilicemos según nuestra conciencia, nuestra conciencia del bien y del mal. De tal manera que, cuando más Tú seas, más te acercarás a Dios, porque en realidad tu esencia es divina.

El Curso de Milagros propone exactamente lo contrario. Te dice que puesto que tu esencia es mala (Ego) debes desaparecer, dejar de intentar discernir la verdad y abandonarte en la posesión espiritual…
La cabalística forma de la que está escrito hace que uno se pierda en las palabras del Curso de Milagros, razón por la cual, es bastante comprensible que mucha gente haya caído en esta trampa.
«Ninguna definición que se haya hecho de una mentira puede hacer que ésta sea verdad».
«Definir una mentira» es una gloriosa trampa del lenguaje. En realidad, está diciendo que la mentira es inaprensible, que la verdad no puedes apresarla.
Seguidamente, después de decir que «es imposible definir la mentira» ¡se pone a definir el ego!

4. No podemos formular realmente una definición de lo que es el ego, pero sí podemos decir lo que no es. 2Y esto lo podemos ver con perfecta claridad. 3Basándonos en eso podemos deducir lo que es. 4Observa su opuesto y verás la única respuesta que tiene sentido.
5. A lo opuesto al ego, desde cualquier punto de vista -origen, efectos y consecuencias- le llamamos milagro. 2En él encontramos todo lo que no tiene que ver con el ego en este mundo. 3El milagro es lo opuesto al ego, y sólo en él podemos observar lo que era el ego, pues en él vemos lo que éste aparentemente hacía; y la causa y sus efectos no pueden sino seguir siendo una misma cosa.

¡Acabáramos! ¡Lo opuesto al ego es el milagro! ¡De ahí el curso de milagros! ¡Es un libro que te enseña a hacer magia ¡cuando tú renuncias a tu alma y dejas tu sitio a Lucifer! ¡Cábala pura!
En el siguiente párrafo lo aclara. Fijaos en las frases 2 y 3.
6. Donde antes había oscuridad, ahora vemos luz. 2¿Qué es el ego? 3Lo que antes era la oscuridad. 4¿Dónde está el ego? 5Donde antes estaba la oscuridad. 6¿Qué es ahora y dónde puede encontrársele? 7No es nada y no se le puede encontrar en ninguna parte. 8Ahora la luz ha llegado, y su opuesto se ha ido sin dejar ni rastro. 9Donde antes había maldad, ahora hay santidad. 10¿Qué es el ego? 11Lo que antes era la maldad. 12¿Dónde está el ego? 13En una pesadilla que sólo parecía ser real mientras la estabas soñando. 14Donde antes había crucifixión ahora está el Hijo de Dios. 15¿Qué es el ego? 16¿Quién tiene necesidad de preguntar? 17¿Dónde está el ego? 18¿Quién necesita ir en busca de ilusiones ahora que los sueños han desaparecido?

PD: Haced la prueba: todas las personas que se creen Dios, afirman ser humildes (no tener ego). Y viceversa: todas las personas que afirman «no tener ego» se creen Dios.

PD 2: ¡Ojo! No critico que se den cursos a cambio de dinero, lo que juzgo a todas luces incomprensible e inmoral es que una persona que no cree en la realidad objetiva («sólo mi mente es real») tenga la inmensa cara de aconsejar o enjuiciar lo que debería hacer cada uno con su vida y ofrecer recetas para sus relaciones amorosas o familiares. ¡Si no crees en el juicio cómo te atreves a a opinar sobre la conveniencia o no de los comportamientos y relaciones ajenas! ¡Si no crees en la realidad objetiva, cómo vas a ser capaz de ver o analizar lo que les pasa a los demás con un criterio sano? ¡Renunciaste -implícitamente- a esa cualidad cuando consideraste que la capacidad de discernir el bien del mal era el peor pecado! (Tiene cojones la cosa, por cierto).

Considero que gran parte de la información que maneja y expone Enric Corbera (pero que en realidad no es suya, sino que bebe de las fuentes de Greg Braden, el doctor Hamer y el francés Christian Fleche que fue con quien se formó y que le hizo renunciar a la marca «biodescodificación» por su falta de lealtad) es correcta, útil y beneficiosa pero, como siempre, llevar las cosas a su extremo conduce a la deformación de la verdad y, sobre todo, la doble moral de que es malo tener moral y al mismo tiempo él se permita dar recetas de vida que otros creen que es poco menos que la Verdad Revelada, convierten su negocio, se llame como se llame, en una secta, pura y dura, al 100%.

Y lo fundamento: se entiende por «secta» a un movimiento en el cual los adeptos carecen de la capacidad para discernir lo que está bien y está mal y sus decisiones quedan por tanto en manos del gurú, que tiene una especie de conexión divina que los demás no tienen y le permite conocer la «verdad» (siempre y cuando los demás no sepan quién es el doctor hamer.

En otras palabras, que con una mano Enric Corbera puede estar mejorando -a corto plazo- la vida de «x» personas y fastidiando las de diez veces más (las víctimas del egoísmo de éstas personas que no creen en la capacidad de discernir el bien y el mal) con lo que, a medio plazo, esas personas acabarán recibiendo lo mismo que han sembrado.

¿El resultado? La destrucción de la humanidad: los valores compartidos.