Estamos atravesando unas semanas de completa confusión: tanta, que resulta bastante aconsejable no pronunciarse definitivamente sobre lo que está sucediendo hasta que las cosas se clarifiquen.
La declaración de guerra del Congreso USA contra Rusia siguió a la destitución de Chuck Hagel como ministro de Defensa y la disolución del Parlamento israelí y precedió en unos pocos días al ataque aéreo judío sobre el aeropuerto de Damasco (silenciado por la prensa oficial). Teniendo en cuenta los movimientos en el sistema monetario se pueden interpretar como «pataletas» pero el que tantos republicanos apoyaran esa resolución cuando supuestamente el Tea Party está en contra del intervencionismo, resulta incomprensible.
Se comenta que Obama está bebiendo mucho y el otro día fue ingresado por un problema de garganta; también se dice que las trifulcas a gritos en la Casa Blanca son continuas y se han extendido incluso rumores acerca de que la Constitución norteamericana ha sido restablecida y que se ha proclamado un gobierno de transición. Hasta el momento nada de esto se ha materializado. En El Líbano, el hijo del ex primer ministro iraquí ha sido detenido evadiendo capital.
Tom Heneghan cuenta que se han detectado 1845 cuentas que estaban utilizando algoritmos en la manipulación de lo mercados de divisas; información que ha llegado a las manos de un senador demócrata.
Heneghan afirma que una parte de los funcionarios del ministerio de justicia USA están colaborando con los militares patriotas para sacar a la luz unos documentos de 1942 referidos a Prescott Bush, padre de George Bush Sr y abuelo de George Bush Jr. Acusado de alta traición, firmó un acuerdo con el fiscal para no ir a la cárcel a cambio de que ninguno de su descendencia accediera a cargos de gobierno. Es decir, que los mandatos de los presidentes citados habrían sido ilegales.
Heneghan también describe la compraventa de partidos de la liga de fútbol americano.
También la semana pasada, el presidente francés Hollande sorprendía a propios y extraños al apoyar a Putin en la pacificación de Ucrania. Todavía más sorprendente es conocer lo que cuenta Sorcha Faal. Que el avión de Hollande que volaba hacia Kazajastán se desvió de su ruta y aterrizó en una sala especial (a salvo de espionaje electrónico) del aeropuerto de Moscú, alarmado por unos informes de los servicios secretos franceses. En ellos supuestamente se detallaba un salvaje ataque de bandera falsa que iba a ser atribuido a Rusia. Ello generaría una escalada de ataque de ataques entre Rusia y Estados Unidos que acabaría afectando a Francia. La «coincidencia» estriba en que este aviso de bandera falsa se habría producido el día después de que el Congreso USA aprobara esa «declaración de guerra oficiosa» contra Rusia.
