Hay una parte del público de esta página que lo que le interesa de su contenido son mis comentarios personales sobre el espíritu, psicología y las costumbres humanas, y me escriben pidiéndome más artículos de este tipo.
Es cierto que soy conocido por mi labor periodística pero, al lado de los cientos de exclusivas que he ofrecido a lo largo de estos 10 años, en mí ha fluido siempre una visión más filosófica sobre el Ser Humano en la encrucijada en la que vive actualmente: una visión futurista, si lo queréis así.
La razón por la que no he escrito hasta la fecha ningún libro con estas visiones propias sobre la realidad (aunque, de hecho, todos mis libros de investigación sean mis visiones sobre la verdad) es que tenía tareas más urgentes que atender: apagar los fuegos que encendían los iluminati para generar la III Guerra Mundial, es decir, destapar la mentira era la primera prioridad.
Pero ese tiempo (prácticamente) ha pasado; al menos el código que liberé para descrifrar sus ataques de bandera falsa ya lo posee una buena parte de la Internet hispanoparlante. La civilización actual ha quedado completamente desacreditada y por eso ha llegado el momento de que dé mi propia visión, mis soluciones, para salir del atolladero en el que se encuentra la Humanidad. Y lo que he hecho es ir a la raíz del problema: los valores humanos, a qué le damos importancia, dónde reside el bien y dónde, el mal.
Puede que para muchos un libro sobre ética, psicología, sociología, antropología, espíritu y valores os parezca menos espectacular que la conspiración en Hollywood, los extraterrestres o el movimiento gay, pero os aseguro que este será el libro que haya escrito que más influirá en el devenir de los acontecimientos en la Humanidad. El que más va a influir en muchos campos porque aúna todos ellos bajo un arma irrefutable: el Sentido Común. La certeza de que el Bien aúna la verdad en todos los campos y logra el consenso en todos ellos.
Y lo va a hacer porque, al igual que hice con los temas anteriormente citados, voy al centro del problema de la Humanidad en estos momentos y lo disecciono con tal claridad que cualquier persona va a poder entender la verdad de conceptos aparentemente abstractos y elevados, o filósoficos. Si algo odiaba de jovencito cuando estudiaba esa asignatura eran la cantidad de «palabras raras» que los condenados filósofos se inventaban ¡para que no entendiéramos nada!
Bueno, pues yo he seguido el camino contrario: en lugar de hacerlo difícil, lo he hecho fácil: tal es la paradoja que la herramienta que uso para desnudar la mentira y que aflore la verdad es algo tan sencillo como… ¡El diccionario!
Quienes hayáis visto los vídeos de la serie «Principios para el Nuevo Mundo» conoceréis cuál es el enfoque porque esos guiones han constituido la materia prima para la posterior redacción de este libro. Eso sí, el formato escrito ofrece unas posibilidades más ricas que el vídeo a la hora de algo tan profundo como este tema, por lo que lo disfrutaréis más y lo entenderéis mejos.
Lo que vais a encontrar en este libro es un auténtico arsenal de armas morales y PRÁCTICAS para salir de este agujero en el que estamos metidos, con la particularidad de que son válidas para cualquier país y cualquier cultura del planeta: es decir, son universales. Es tan válido para un tibetano, como un argentino, un namibio o un sueco. Es Humano.
Y ello es así porque el libro está concebido con la pretensión de que ponga las bases de una Nueva Civilización. Al aclarar las causas de las discusiones y las incomprensiones que generan conflictos, infelicidad y desamor, relacionándolas sin refutación posible con el sistema monetario, aparece prístino el camino hacia ese Paraíso que todos hemos soñado alcanzar y que ahora, con la liberación del oro histórico, se puede hacer por fin realidad.
La liberación del oro histórico nos quitará una gran presión que corroe nuestras relaciones personales pero no las mejorará si no aplicamos una purificación a todas ellas: de ahí que lance este libro en este preciso momento. En él encontraréis, muchas de las intuiciones que he recibido a lo largo de este año para comprender la realidad (que es la premisa básica para sanarla). Es un pues, como decían en las entrevistas a los artistas hace años, «mi libro más personal, más mío», porque en este caso no hay citas a otros autores sino mi propia observación de la realidad, mis propias conclusiones, mis propios descubrimientos, desde el conocimiento atesorado, evidentemente, y con el Tao fluyendo siempre dentro de mí, por supuesto.
Mi amigo de Investigar 11-S Alvaro me contó, a la vuelta de una larga estancia en Australia aprendiendo permacultura, que las plagas se tratan desde esa perspectiva como una consecuencia de la degradación del suelo, de la falta de algunos de sus componentes esenciales; por ello, introducir determinadas plantas que ayudan a regenerarlo es la solución sin aplicar químicos tóxicos. Cuando me contó eso (el día que había acabado este libro), rápidamente se me encendió la «lucecita».
Los valores humanos serían el equivalente para acabar con esas mismas plagas que aquejan al ser humano (la corrupción, la mentira). Si queremos que no vuelvan a crecer nunca más, tenemos que enriquecer nuestro «suelo» (nuestra convivencia) con las armas morales que impidan que la maldad brote.
Ahí va mi remedio para salir de este agujero, que es lo mismo que llevarnos al Paraíso. Una pista: la música nos enseña cuál es el camino a seguir…
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