Que existe una fractura dentro del judaísmo es buena prueba lo que está sucediendo en Argentina. El gobierno (compuesto en buena parte de judíos como Kirchner y el canciller Timmerman) está plantando cara a la AMIA (lobby sionista) al proponer una investigación en serio sobre el famoso atentado, con el que pretenden destronar a Cristina. Timmerman, por su parte, les ha enviado una dura carta a sus homólogos israelí y norteamericano para que se abstengan de inmiscuirse en sus asuntos internos. Estas cosas eran impensables hace apenas unos meses.
Francia (gobernada por otro judío, Hollande) ha emitido una orden de detención contra directivos del banco suizo UBS por contribuir a la evasión de capital.
Rusia, por su parte, ya tiene listo su sistema validador de transacciones finacieras (SWIFT) previendo que pudieran ser expulsados del sistema internacional.