Salud — 10 agosto, 2015 at 11:26 am

El drama del «musculitos (gay) de gimnasio»: impotencia y cáncer

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El ex campeón de decathlon, Bruce Jenner, es el mejor ejemplo de cómo el doping puede modificar tu identidad de género

Hace ya meses os conté algunas investigaciones que demostraban que algunos de los productos esteroides anabolizantes  que se usan en los gimnasios actúan sobre el aparato endocrino, pudiendo ser desencadenantes de homosexualización (una tendencia muy evidente en los gimnasios y cuyo epítome es la transexualización del ex atleta Bruce Jenner, padre de las Kardashian), debido a la alteración en el sistema hormonal.
El pasado sábado conocí a un tipo que es instructor de buceo y me contó que se encuentra con «musculitos de gimnasio» a los que cuando les dice que acarreen la botella de oxígeno… no pueden con ella. Me confirmó lo que muchos sospechábamos; que esos músculos que exhiben no son fruto de la fuerza conseguida en el gimnasio sino «hinchados artificialmente» y que si dejan de usar esos productos se deshinchan hasta quedar normales en menos de un año. Pero eso sí, con unas secuelas: la impotencia es la primera. Me contó de un caso que conoce él directamente, de un chico de 26 años que tiene que usar Viagra 10 (la más fuerte, por lo visto) para conseguir excitarse, así como la cantidad de cánceres asociados a estos esteroides. Esto es lo que hay detrás de los musculitos del movimiento gay: una cabalgata de cánceres en potencia.
Acto seguido, aporté las declaraciones de este mismo fin de semana del ex ciclista Lance Armstrong reconociendo que ya se dopaba 3 años antes de contraer el cáncer de próstata que… le convirtió en un crack (a saber lo que le hicieron en la clínica). Lo importante es la evidencia de que esos productos para aumentar el rendimiento muscular son cancerígenos.
Y yo me pregunto: ¿es que no lo saben los ministerios de salud de todo el mundo que se preocupan tanto por etiquetarlo todo y cuidar de nuestra seguridad?
¿De verdad creéis que no lo saben?