Espiritualidad — 14 enero, 2016 at 6:43 pm

El fenómeno freudiano de la «Transferencia» aplicado a los valores humanos y los movimientos sociales

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Aunque, como veréis, en realidad es una idea de sentido común, hay que otorgarle a Sigmund Freud el mérito de haber descubierto el fenómeno de la «transferencia». Simplificando mucho, la represión de un deseo sobre un objeto, hace que el deseo pase a otro objeto sustitutorio del reprimido.
Quizás la teoría sobre el fetichismo de los freudianos sea la mejor traducción de este fenómeno en términos prácticos, que explica, sin ir más lejos, la creencia de que vestir una prenda de marca le hace a uno mejor persona (un fetiche, se le otorga unas cualidades mágicas de un valor reprimido).
Mi aportación como científico social consiste en aplicar esos fundamentos de la transferencia entre objetos a los valores y sentimientos humanos; y vais a ver la cantidad de derivaciones que tiene, algunas de las cuales ya las he ido enunciando a lo largo de estos años, aunque he llegado más lejos en las últimas semanas.
Por ejemplo: la represión del amor hombre-mujer por medio de la paranoia de la guerra de sexos ha conducido a la extensión de la homosexualidad. Sencillo, ¿verdad? Si a la rata le ponen una descarga eléctrica cada vez que se acerca al queso, acabará aborreciéndolo y optando por otra comida donde no recibe esa represión.
También, sencillo: la imposibilidad de tener hijos por culpa de esa misma guerra prefabricada ha llevado a mucha gente a colmar de tantas atenciones a sus perros y sus gatos… como a los bebés que no tienen. Desplazan el afecto de un ser, a otro.
La creación de un partido político cuyo único fin es proteger a los animales (el PACMA, 200.000 votos en España) es una consecuencia evidente actual de la imposibilidad de defender al Ser Humano, en el que nos hacen creer que somos vulgares animales, sin cualidades ni conciencia: al proteger a los animales, esta gente, en realidad, en su subconsciente está ejerciendo su amor, reprimido, por el ser humano.
La cosa se pone interesante a partir de aquí porque, mediante un sencillo sistema deductivo, vamos a descubrir que algunos valores humanos están inscritos en nuestro ADN (o en los campos morfogenéticos descritos por Rupert Sheldrake).
Resulta que una disparatada teoría conspiranoica, basada a su vez en otro disparate hegeliano creado por un tal Bachoffen, que quiso ver que la Historia humana había sido una guerra entre el hombre y la mujer, expresada en que unas sociedades veneraban a dioses masculinos y otras, a diosas femeninas, (que categorizó con los nombres de Patriarcado y Matriarcado); una teoría que negaba el Amor entre el Hombre y la Mujer, es decir, que a lo largo de la historia ningún padre haya querido a sus hijas, ninguna madre haya amado a sus hijos, ningún esposo a su esposa, ningún primo a su prima ni viceversa, ningún abuelo a su nieta ni ninguna abuela a sus nietos, ningún amigo a sus amigas, pero no sólo eso, sino que ningún gobernante masculino haya pensado en el Bien Común de toda la sociedad (hombres y mujeres) ni ninguna reina haya pensado tampoco en el bien para la ciudadanía sin distinción de sexo, es decir, una Teoría que niega el Bien Común y el Amor, esta teoría, como digo, que fue propagada desde las universidades del propio Sistema que causaba todos los males para la sociedad, fue adoptada por una categoría de seres muy determinados:
Los varones Ateos y New Age que no creían en la culpa aceptaron que eran culpables por el mero hecho de haber nacido varones; es decir, el pecado original del que huían al hacerse ateos. Nueva derivación: la defensa del yo y de la propia identidad es innata en el ser humano, y completamente lógica, porque nuestro organismo vela por nuestra supervivencia.
No existe duda alguna de que esta patética y maligna teoría paranoica, que niega el sentido común, la evidencia y la propia experiencia no afectó a las personas que creen en Dios, lo cual es un dato a tener muy en cuenta.
Es decir, los varones que habían abominado del concepto de la culpa por asociarlo a Dios aceptaron sin embargo que eran culpables de algo de lo que no tenían culpa, en un clarísimo fenómeno de transferencia en el terreno de los valores, lo que prueba, por tanto, ¡Que el sentimiento de culpa por haber hecho algo malo es innato en el Ser Humano! Es decir, si uno no acepta la culpa por el mal que hace ¡acaba aceptando la culpa por un mal que no ha cometido!
Más derivaciones de la extensión de esta paranoia colectiva: las personas que no quisieron aceptar que la Historia entera ha sido una Conspiración para esclavizar al Ser Humano han aceptado una Conspiranoia falsa, alternativa, como ésta que explica la Historia como el mal cometido por el varón contra la mujer. Consecuencia: si no aceptas la verdad de la conspiración, acabas aceptando una conspiranoia falsa. Nuevo desplazamiento o transferencia.
La Teoría Evolucionada de la Transferencia Freudiana que propongo se completa con una revisión del concepto del trauma aplicado a la Ingeniería Social, convertida en Ley; la aplicación de un trauma sobre la conciencia colectiva por parte de la élite gobernante a través de sus medios de desinformación genera un subsiguiente movimiento «buenista» (en forma de ONG o movimiento new age, como el ecologismo, por ejemplo) que colabora en los planes para esclavizar y destruir al Ser Humano, por la propia idiosincrasia del humano, que busca hacer el Bien, en función del mal que conoce; que siente que es real.