Me escribe ayer mi amigo Jose preguntándome, escamado, por la reciente reunión de Kisinger y Putin; le contesto, para tranquilizarle: «están jugando al póker».
Mucha gente seguís sin entender las reuniones entre enemigos y las subsiguientes fotos y cumplidos que se publican porque no entendéis que, en política, son capaces de amenazarse de muerte (literalmente) y después aparecer sonriendo en la foto como buenos amigos. Y no lo podéis entender porque os habéis acostumbrado, por las películas, a que los malos tengan cara de malos: los políticos son infinitamente mejores actores que los actores.
Sorcha Faal nos aclara las condiciones de la reciente reunión de Kisinger y Putin en Moscú: la ancestral secta de la muerte a la que pertenecen Bush y Clinton han amenazado a Rusia con desencadenar la III Guerra Mundial a partir de un incidente generado por Turquía en Siria o Irak. Es decir, un ataque sobre Rusia que este país debería contestar.
En el resto del informe se detalla la labor de Kisinger (judío alemán) como espía durante la II Guerra Mundial y como participó en la detención de los miembros de la secta esotérica alemana Ahnenerbe. De su constante comunicación con los servicios secretos soviéticos durante la Guerra Fría (ver vídeo más abajo sobre conexión capitalistas-comunistas), aprendió que las dos guerras mundiales fueron gestadas por las familias reales europeas, a través de su conexión con los espíritus con los que contactaban. Todos ellos son necrománticos: es decir, reciben sus planes de esos espíritus que canalizan. Hace unos años, Bill Clinton reconocía que su esposa contactaba con el espíritu de la esposa de Roosvelt, lo que es una prueba de que esta élite está manejada por estos espíritus oscuros.