En estos cruciales días que estamos viviendo en estas semanas se está resolviendo el mundo del mañana: Turquía y Arabia Saudita se han quitado finalmente la careta y han amenazado con entrar oficialmente en Siria si los kurdos, apoyados por el gobierno de Assad, Rusia e Irán, consiguen recuperar la ciudad de Azaz, a escasos 7 kilómetros de la frontera con el país otomano.
Erdogan está enviando sin disimulo centenares de terroristas, y tanto Irán como Rusia están respondiendo colocando sus mejores armas sobre el terreno y prometiendo bombardear al ejército turco si invade Siria. Mientras tanto, las bombas estallan en Turquía, generando la sensación de que se haya envuelta en el preludio de una guerra civil si, como parece, el ejército se niega a encaminarse a una guerra injusta y donde solo puede perder ante la superioridad rusa e iraní.
Es en estas condiciones, cuando el bloque BRICS está a punto de dar la vuelta por segunda vez a una invasión sionista, que ayer en Madrid se produjo una intervención sobre el banco chino ICBC, acusándole de lavado de capital, justo cuando me cuentan que se están liberando los fondos de prosperidad que dan inicio a la Nueva Era de la Humanidad.
No parece que esto sea por casualidad ni tampoco que coincida con el encuentro del Papa Francisco con el patriarca ortodoxo, ni con el asesinato del Juez del Supremo USA, Scalia.
Por otro lado, me cuentan los representantes de Keshe en España que en unos meses se presentarán los platillos volantes que ha desarrollado el físico iraní, en su propio país.
Como veréis, ya no hay vuelta atrás: es «ahora o ahora».
