Economía, Espiritualidad — 5 marzo, 2016 at 10:38 pm

Leed con atención la definición del «Jubileo de la Misericordia» del Papa Francisco

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Aquí podéis leer el mensaje completo, del cual extraigo los siguientes párrafos.
El que tenga entendimiento suficiente, que comprenda lo que está anunciando. Por primera vez en la historia de esta página, etiqueto una noticia simultáneamente dentro de las categorías de «espiritualidad» y «economía». (Nuevamente, el que quiera entender, que entienda).

Quien tiene deudas ciertamente no tiene motivos para celebrar. Las deudas son instrumentos para atrapar personas y pueblos, para someterlos a un estres y una esclavitud permanentes. Es la manifestación del orgullo y arrogancia de quien (quienes) se cree «superior» a los demás y de un sistema económico insaciable que obliga a grandes sacrificios y a reducir las necesidades vitales. Quienes sufren más son siempre los pobres, obligados (bajo la guillotina de implacables leyes) a no poder satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, de agua, de trabajo, de tener una tierra donde vivir, una familia y una casa donde compartir…

Los «expertos» podrán ilustrarnos en la comprensión de las leyes económicas y sociales, que sincronizan los engranajes del sistema de montaje de las deudas, con sus respectivos suculentos intereses. Pero no es necesario ser economista para entender de economía. Quien está sometido a pesadas deudas, que el sistema hace impagables intencional y malignamente, vive en carne propia la economía de esclavitud, siente que la marginación lo hace impotente, que es empobrecido contra su voluntad, contra sus capacidades y sus posibilidades, por un sistema implacable, inmisericorde e inhumano.

El peso de esta opresión («sutil dictadura del dinero», la llama el papa Francisco) abre también posibilidades y caminos de esperanza y creatividad entre los empobrecidos que se organizan, se agrupan, luchan por un cambio del corazón, de la mente, del alma, de estructuras, del ejercicio del poder. Se crea así un nuevo camino de luz y de esperanza para el poder de los pobres, para resolver desde las raíces los problemas de la pobreza, de la desigualdad, de la exclusión.