Política actual — 22 junio, 2016 at 8:37 am

El asesino de la diputada británica y el que lo intentó con Trump, asociados a un agente de la CIA y el mismo hospital MK Ultra

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El agente Lawrence Sánchez, verdadero asesino de la diputada Cox
Primeras evidencias de que el asesinato de la diputada británica es otra operación de bandera falsa para salvar la Unión Europea. La validación de esta hipótesis viene a través del reciente intento de asesinato de Donald Trump a cargo del joven Michael Sandford; tanto él, como el asesino de Cox, Mair, habían estado en contacto con el agente de la CIA Lawrence Sánchez, a su vez, conectado con el equipo «médico» de la Base McGuire-Dix-Lakehurst, encargado de «proyectos de bioingeniería» desde donde fueron enviados en 2015 a Gran Bretaña por parte del cuerpo de aviación.
En el hospital Lincolnshire Partnership, fueron tratados en abril del 2015 tanto el asesino de la diputada Cox (Mair) como el que lo intentó con Trump (Sandford), siendo calificados como «pacientes de alta seguridad». Esta dependencia está listada dentro de los Servicios Médicos de la Defensa como especializada en «espías y soldados con severos daños mentales», lo que nos lleva de cabeza al Proyecto MK Ultra, por supuesto. Sandford fue puesto en libertad y bajo custodia de Sánchez, y enviado a Estados Unidos bajo la supervisión del Cuerpo Médico 87 de la mencionada Base McGuire-Dix-Lakehurst.
Fue la acción de los servicios secretos tras el asesinato de la diputada británica, que cruzó todas estas informaciones, quien avisó a Donald Trump de que su vida corría peligro, lo cual hizo que modificara a sus guardaespaldas, lo que hizo que el asesino fuera detenido a tiempo.
Las informaciones de la prensa oficial confirman que tanto Sandford como Mair tenían graves problemas mentales y eran tratados por psiquiatras (como es norma en todo este tipo de asesinos MK Ultra).
El informe concluye con un documento de la CIA en el que se detalla el proceso de creación de un asesino MK Ultra: a control remoto.