Como veo que en estas últimas semanas los propagandistas de la guerra de sexos están aprentando el acelerador en Hispanoamérica, os voy a legar el argumento con el que ganaréis todas las discusiones y, por fin, haréis que se callen todos los histéricos propagadores de esa paranoia.
El argumento tiene que ver con la diferenciación entre realidad y ficción en torno a lo que emiten los medios de comunicación, que ya conocéis de algunos vídeos y muchos post, pero que ahora os voy a dar condensado; como un «meme».
La principal manera como manipulan los medios de comunicación no es con la mentira; los contados casos de hombres que matan a sus mujeres y las violaciones son reales. La mentira consiste en CONVERTIR LA EXCEPCIÓN EN LA NORMA, Y LA NORMA EN LO EXCEPCIONAL.
Es decir: pretender que porque alrededor de 80 hombres españoles maten a sus respectivas parejas todos los años, 25 millones de varones españoles son por ello -AUTOMÁTICAMENTE- maltratadores de mujeres, equivale a que «paguen justos por pecadores». Condenar a la mayoría por lo que hace una exigua minoría.
Un argumento contundente contra esa izquierda freudiana que defiende esta aberración es preguntarles si porque un grupo de exaltados en una manifestación rompan cristales, es legítimo calificar de violentos a todos los que acudieron a la misma.
¿Verdad que no?
Pues así de falsos son los medios de comunicación cuando CENSURAN QUE LA GRAN MAYORÍA DE HOMBRES CUIDAN Y TRATAN BIEN A LAS MUJERES, en favor de informar solo de la excepción, de la información «amarilla», que es, en definitiva, la técnica con la que están extendiendo esta paranoia: «dar bombo» a lo más bajo del ser humano, censurando las buenas acciones que se producen todos los días, para que la gente piense que -en este caso- el varón es un violento y un maltratador.
Las personas más impresionables, menos racionales y, sobre todo, más ideologizadas, compran esa «verdad» y de esa manera caen en la trampa de los magos negros.
Resumiendo: el argumento es «convertir la excepción en la norma y lo normal (que el hombre es bueno con la mujer) no sólo en lo excepcional sino hacer creer que ni existe».
