Putin enseña los dientes a los globalistas por si en los dos meses que faltan hasta la «coronación» de Trump, intentan una última sorpresa, que puede venir en los países bálticos, donde están alentando la paranoia de un ataque ruso.
Lo increíble del caso es que al nuevo sistema de misiles le han llamado «Demonio» y está basado en un chip ancestral, de 250 millones de antigüedad, descubierto en las montañas de los Urales*, aunque el ejército ruso minimizó esta esotérica cuestión al decir que «está basado en nuevos principios físicos«.
[Después de todo lo que conocemos, me parece evidente que esta tecnología ha sido donada por los agarthianos del mundo subterráneo].
Como digo, esta nueva demostración de fuerza rusa viene a colación del último intento del gabinete Obama para evitar que la Humanidad viva un enorme desarrollo humano, gracias a la reconciliación de Estados Unidos y Rusia, naciones hermanadas en los tiempos de Lincoln y el Zar Nicolás, que ya entonces planificaron un sueño que vamos a vivir en breve: la conexión del continente eurasiático y América por tren (y que Lyndon Larouche recuperó). Rusia ya tiene preparados 65.000 millones de dólares (obviamente, del BRICS) para crear el túnel entre Alaska y Siberia que hará posible cruzar el estrecho de Bering. El objetivo final, como desveló Lyndon Larouche hace años, es conectar Lisboa con la Patagonia chileno-argentina.
Este informe de Sorcha Faal se completa con las últimas revelaciones sobre la red pedófila de la élite norteamerica que, por su importancia, desvelo en otra noticia separada, y con el que entenderéis por qué los sionistas luchan hasta el final por la III Guerra Mundial.
