Política actual — 29 noviembre, 2016 at 8:53 am

El nieto de Freud, implicado en el asesinato de Madeleine McCann: consecuencias para la izquierda

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Desde que en los años 40 del siglo XX, la Escuela de Frankfurt liderada por Theodor Adorno decidió fusionar a Marx con Freud, la izquierda devino más freudiana que marxista, hasta el punto en que, hoy, a poco que os fijéis, os daréis cuenta de que tiene un 90% de Freud y sólo un 10% de Marx. Y eso le ha llevado a unas contradicciones que son auténticos jaquemates porque, como deberíais saber, Freud es el origen tanto del feminismo (Berta Pappenheim-Anna O.) como de la sexología (Kinsey, Shere Hite, Masters & Johnson, etc). Por eso, la izquierda freudiana se estrella contra sí misma en temas como la prostitución, la pornografía (o la fantasía de la violación) donde la defensa de la dignidad de la mujer se enfrenta con el principio freudiano del placer sexual ante todo (por no hablar del abuso sexual a niños, claro).
De pronto descubren que la película que significó la revolución sexual (freudiana), El Último Tango en París, se fundó sobre una violación real dirigida por el marxista freudiano Bernardo Bertolucci, y las feministas deben tomar partido: ¿la revolución sexual o la defensa de la mujer? Lo que vendría a ser un «autojaquemate» porque hagan lo que hagan, han perdido. Si defienden a la mujer, se acabó la ideología que sustenta su ideal de libertad, y si aplauden la violación, ganó el «machismo».
Pero es que, en una de esas paradojas que hacen que uno haya de creer en el orden cósmico, nos encontramos con que la trama de la desaparición de la niña inglesa Madeleine McCann -que está enredando a toda la élite anglosajona, hasta el momento- ha aparecido, nada más y nada menos, que el nieto de Sigmund Freud, hijo de su hijo Ernesto. Y, sabiendo como sabemos, que para Freud el sexo estaba por encima de toda moral, es muy probable que el propio Clement fuera violado por su abuelo (¿o padre?) Freud de pequeño.
O sea: que si se confirmara esta información, la izquierda, la izquierda freudiana (porque, como digo, ya no es marxista sino freudiana) quedaría paralizada con un jaquemate brutal. Tan brutal como la violación que dio origen a la revolución sexual protagonizada por el marxista italiano Bernardo Bertolucci. O se ponen de parte de los violadores y asesinos (¡de niñas!) o descreen de la revolución sexual.
A poco que reflexionéis con lo que os acabo de contar, es el final de la izquierda freudiana, el final de la izquierda, o lo que es lo mismo, EL FINAL DE LA POLÍTICA DE GÉNERO (o de-generación). Y esto ocurrirá el año que viene.
El que tenga ojos que lea; el que tenga piernas para escapar, que escape; pero como digo, la suerte está echada. Freud acabó con Freud.