Media — 5 diciembre, 2016 at 4:17 pm

La escena que dio inicio a la Revolución Sexual fue una violación real: CONSECUENCIAS

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Como recibiendo una orden, todos los periódicos españoles han publicado la noticia (con 4 años de retraso) de que la mítica cópula anal de Brando con María Schnenider en «El Último tango en París» fue real.
Casi siempre que el Sistema «pierde uno de sus mitos» (entrega un «peón») es a cambio de la propagación de una nueva paranoia: en este caso, la de las violaciones, que gana así peso, junto a otras recientes en el mundo de Hollywood que envuelven al hermano de Ben Affleck.
Como digo, esto es una partida de ajedrez, en la que cuando el Sistema se ve obligado a entregar una «plaza» (un mito) es porque ya no le importa, y sus planes van por otro lado, pero es preciso detenerse en lo que supone que la película que dio inicio a la «Revolución Sexual» (1972) captó la atención del público por medio de una violación. Los más jóvenes no lo sabréis, pero esta película generó una «emigración» de fin de semana de españolitos a Francia para poder verla, y generó una auténtica revolución… ayudando a «normalizar» el coito anal.
A poco que razonéis, es un clásico disparo en el pie, pues si la revolución sexual comienza con una violación ¡es que toda ella es un fraude! Porque, recordad que todo empezó con el «haz el amor y no la guerra»; es decir, la confusión entre el sexo y el amor, que posteriormente llevaría a su separación definitiva, cuando se normalizaron la pornografía y la prostitución. O sea, que con esta noticia queda enterrada definitivamente esa supuesta revolución (feminista), que queda aclarada como una ingeniería social.
Asímismo, el cine, como «séptimo arte» queda desmitificado al quedar desenmascarados Marlon Brando y Bernardo Bertolucci como dos pervertidos y delincuentes, lo cual deja en muy mal lugar a la industria del entretenimiento, donde un día tras otro aparecen actrices confesando que han sido violadas (como Evan Rachel Wood).
Pero es que, si véis esa escena, os daréis cuenta de que en realidad es una escena satánica porque mientras se produce la violación Brando está hablando de Dios y blasfemando; queriendo ligar esta acción con el Creador. Es evidente que Bertolucci (parte del marxismo cultural) tenía bien claro el efecto que quería lograr con ello…
En suma, el reconocimiento de que esa señera película en la historia del cine contiene un crimen significa el ocaso de la industria cultural.