En medio de las navidades (y mientras el resto del mundo estaba, por tanto, despistado), en el vital vecino de los EE.UU. han estallado unas protestas a consecuencia de un brutal aumento del precio de la gasolina, que están derivando en el caos.
Aunque aún me parece pronto para definir quién está detrás de este movimiento, me parece claro que ha de estar relacionado con la próxima proclamación de Donald Trump, y pretende crear un foco de tensión al sur, llevando a Méjico al caos, posiblemente, con una «revolución de colores». Hay que recordar que aunque Pemex sea oficialmente una compañía estatal sin duda que los Bush (magnates del petróleo en Tejas), seguro que tienen su parte del negocio y tienen capacidad para manipular su precio.
Habrá que estar atentos.
