Como decía ayer mismo, la realidad está alcanzando el nivel paradójico (aquel en el que la contradicción llevada a su extremo acaba generando orden).
Tras décadas colaborando para homosexualizar al varón, un mariquita inglés llamado Milo Yiannopoulos (que se ha convertido en un símbolo de este movimiento), se ha atrevido a decir en voz alta lo que una gran parte de la población piensa: «el feminismo es un cáncer».
Si lo hubiera dicho un varón masculino, ya le habrían crucificado, pero al decirlo «un representante de otra minoría oprimida», se enfrentan aquí los dos más potentes anatemas del mundo moderno (quitando al «antisemita», claro está): homofobia contra machismo.
¿Quién saldrá ganador?
Ahora es cuando hay que pronunciar esa frase que dice: «preparad las palomitas» (para ver el combate).
PD. Aunque desde la visión actual pueda parecer una discusión inaudita, desde el punto de vista psicoanalítico social es completamente lógico que sea un hombre al que robaron su masculinidad quien se enfrente al movimiento que busca acabar con la masculinidad. Paradójico, pero lógico.
