Media — 27 febrero, 2017 at 9:08 am

Final de Hollywood: Los Oscar están amañados (como no podía ser de otra forma)

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Un error tan garrafal en el momento anual más importante de la noche del cine sólo se puede explicar de una forma: los Oscar (como prácticamente todo en esta sociedad del engaño), están amañados.
El día en que la industria de la cultura quería darle una lección moral al malvado Donald Trump, la «fábrica de sueños» expuso que es eso (un lugar para dormidos) dando primero el premio a la mejor película a la que representa el espíritu de Hollywood para después otorgárselo a una historia de maricas… en Africa (donde el movimiento gay es prácticamente inexistente; una clara promoción).
Al parecer, esta mágica noche circularon dos sobres referidos a la mejor actriz (Lalala land) y ninguno a la mejor película para la historia gay, lo que nos lleva a plantearnos -una vez más-: ¿EXISTE ALGUNA AUDITORÍA INDEPENDIENTE QUE COMPUTE LOS VOTOS? Si se manipulan las elecciones, ¿no van a ser capaces de manipular una simple votación gremial como ésta?
(Tampoco me parece baladí el hecho de que los dos actores que entregaron el premio se hicieran famosos JUNTOS haciendo de Bonnie & Clyde; es decir de dos atracadores, dos ladrones. ¡Jajajaa!)
De cualquier modo, esta confusión/engaño a simple vista me parece un excelente final para esta película que fue el mundo de la cultura industrial (ejerciendo de popes morales de la sociedad), después del batacazo de su campaña contra Trump, que ha dejado una evidencia incontestable: los artistas (de la industria) han dejado de ser el espejo en el que se mira la Humanidad.
Un sincrónico detallito para que os deis cuenta de la importancia política de las películas.
Anoche, en Telemadrid (televisión ligada al PP, obviamente) echaron una película de Woody Allen llamada «Blue Jasmine» en la que Cathy Blanchet hacía de esposa de un magnate de la alta sociedad (Alec Baldwin) que se hace rico estafando a sus amigos y familiares… hasta que es detenido. Caída en desgracia, Blanchet no se cansa de repetir que ella «sólo firmaba los papeles que le daba su marido».
¿A qué os suena esto?
Evidentemente, para los directivos de Telemadrid que la programaron Baldwin era Urdangarín y Blanchet, la infanta Cristina. Lo que pretendían al programarla unos días después de emitida la sentencia era programar las mentes de los madrileños en torno a la inocencia de la infanta.
Por supuesto, la gente que vio ayer la película nunca sabrá que recibió un programa MK Ultra.

PD: Teniendo en cuenta que esta película es del año 2013 y el caso Noós comenzó en el 2010, no me extrañaría nada que Woody Allen se inspirara en la historia de los príncipes españoles y, aún más, que la propia Casa Real hubiera ayudado a financiar la película. Al fin y al cabo, su película Vicky Cristina Barcelona, fue financiada por el ayuntamiento de la Ciudad Condal, al igual que sus películas ambientadas en Londres y París. Woody Allen hace películas por encargo, luego esta podría haber sido una estrategia de manipulación del público en torno a la inocencia de la infanta. Altas y rubias, Blanchet y la Infanta Cristina tienen un aire… ¿no creéis?