Fulford confirma esta semana que la «paranoia rusa» para destituir al ministro de justicia Sessions quiere evitar la detención de los jerarcas pedófilos. Hasta el momento, 1500 han sido ya detenidos, según fuentes del Pentágono, y un gran jurado se está preparando para juzgar a grandes figuras de la política y la empresa.
Para impedirlo, Obama y Jezz Bezos (dueño de Amazon y Washington Post) están tratando organizar un golpe de estado, para lo cual el último ha contratado los servicios de John Podesta, a quien ha dado 600 millones para este propósito. Tras suceder esto, y como evidencia de que la batalla es real, los servidores del gigante de las ventas por Internet fueron atacados, originando problemas en los nodos norteamericanos.
La fiscal general de Obama, Loretta Lynch, ha pedido «sangre en las calles» para derrocar a Trump que sin embargo va ganando la batalla de la opinión pública: a pesar de que más del 80% de los medios batallan contra él, más del 70% del público parece apoyar su gestión.
Seguidamente, habla de Bill Gates, quien ha amenazado con un virus que puede matar a 30 millones de personas y ya se ha creado un bunker en Japón para escapar de las acusaciones que se ciernen sobre él, controlando la empresa que gestiona las elecciones. Según Fulford, los secuaces de los Rothschild están perdiendo la batalla en Japón pero, por contra, las amenazas de guerra biológica en el Planeta continúan. Bill Gates figura en la lista de las personas a las que se está siguiendo para ser encausado.
El cronista canadiense explica (a requerimiento de sus lectores) por qué acusa al Dalai Lama de ser un satánico y cuenta que lo ha vivido en carne propia. Al parecer, hace años le enviaron una «matahari» coreana para asesinarla, que acabó enamorándose de él y teniendo un hijo suyo. En uno de sus viajes a Nepal, fue envenenada, ingresada y le quitaron el bebé, y pasó a acusar a Fulford de abusador, enterándose después que había sido por orden del Dalai Lama.
Algunos elitistas de alto rango están tratando de buscar refugio, como el rey Salman de Arabia, que ha pedido asilo en Indonesia aunque, al parecer, no se le va a conceder. La razón de su miedo es que Estados Unidos se ha puesto de parte de Irán y Rusia en Yemen, donde los sauditas y franceses han estado robando el petróleo.
Otro que ha pedido clemencia es Netanyahu, que ha acudido a Putin tras la amenaza de la destrucción de sus instalaciones nucleares si Israel no detiene a todos los satánicos. El senador McCain también ha pedido asilo, en este caso, en Turquía.