Hace apenas unos días, el diario New York Times patrocinó una representación de la obra de Shakespeare Julio César en la que el mandatario asesinado era… Trump.
Tan evidente fue el mensaje que la compañía aérea Delta Airlines y el Bank of America se borraron como patrocinadores de la obra. El porqué de ese mensaje enviado por el Estado Profundo responde, según Sorcha Faal, a un evento a ocurrir el próximo mes de octubre y que podría acabar con este gobierno secreto (¿El reseteo del sistema?). Algo está a punto de ocurrir, para lo cual Trump quiere estar preparado pues ha ofrecido una gran suma a los veteranos de las guerras de Afganistán e Irak para que se «reenganchen» y sirvan como fuerzas de pacificación en las ciudades para los disturbios que se prevén: en estos días (o los próximos) las mayores ciudades del país están viviendo ejercicios militares. En total, las fuerzas preparadas para sofocar revueltas internas serían 205.000 soldados y 348.000 guardias nacionales.
Como digo, el crack que se espera para octubre ha sido ya pronosticado por el conocido broker Jim Rodgers (ex socio de Soros), quien ha afirmado que «muchas viejas instituciones, partidos políticos, tradiciones, gobiernos, culturas, incluso naciones, pueden declinar, colapsar o incluso desaparecer…».
Lo que se desprende del informe de Whatdoesitmean es que el rescate bancario producido en el 2007-2008 y que se tragó billones de dólares de los ciudadanos esta vez no se produciría y se dejaría colapsar a la gran banca, con lo que el gobierno volvería a hacerse cargo de la emisión de la moneda, aplicándose la Ley Glass-Steagal.
El senador demócrata Bernie Sanders y el líder ecologista, Van Jones, están llamando a los «justicieros sociales» de la izquierda freudiana a que monten algaradas en 137 ciudades este verano para salvar este sistema corrupto e impidan la regeneración de la república norteamericana.
Por el otro lado, el nivel de apoyo de los militares a Trump es del 74% entre los marines, el 68% en la armada y la aviación y el 62% entre la navy.
Por su parte, Trump podría hacer uso de las leyes especiales aprobadas por Bush y Obama para tomar el control del país en caso de guerra civil, dándose así la vuelta al objetivo original por el que fueron aprobadas.