Espiritualidad, Gaia, Media — 5 septiembre, 2017 at 5:07 pm

Crónica rafapaliana sobre las últimas tendencias en Ibiza 2017

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Mi ya tradicional semana estival en Ibiza ha sido la mejor de todas hasta el momento; y la razón es que me siento más tranquilo (y confiado) en toda mi vida. Y eso, a la hora de disfrutar, es lo mejor (haré una serie de vídeos en torno a este tema, en breve). Está claro, a la luz de las informaciones, que ya ha llegado el momento. Y, por eso, ni el palo del cierre de mi canal de YouTube ha podido enturbiar la estupenda semanita que me he pasado.
Ha sido una semana llena de encuentros reuniones, paellas, fiestas (no salvajes sino más bien, chill outs, y cosas así) y conversaciones con gente interesante, mucha gente interesante porque ya dice el refrán que «los amigos de mis amigos son mis amigos» y eso te conecta con gente que merece la pena. El colofón de todo es haber convivido con dos lamas tibetanos de mucho nivel: un joven rimpoché y una gese-lá, que es como un maestro de filosofía con décadas de estudios. Paso a contaros algunas de las noticias y tendencias que he detectado en la isla que, como sabéis, marca tendencia. Como digo arriba, proceden de mi propia observación y de decenas de conversaciones que he tenido durante esta semana, cuyos nombres no voy a nombrar, porque un periodista tiene derecho a no revelar sus fuentes cuando se trata de informaciones reservadas.
1-La última moda para ligar es hacerte el lesbiano.

Sí, lleva falda.

Sí, en la isla vi a varios hippies disfrazados con falda y uno, incluso, con el eslogán: «Nadie sabe que soy lesbiana». Alguien me llegó a reconocer -abiertamente- que una forma de «entrar» a las chicas hoy día es con el lado femenino y estos caraduras tratan de explotarlo descaradamente. Sin mucho éxito, por lo que vi, ya que también detecté una vuelta del hombre masculino en el deseo de las mujeres.
Os dejo un par de fotos de este elemento-tendencia.

2-La revista de la empresa low cost de Iberia, Vueling, promociona DESCARADAMENTE la castración humana.
Las fotos del primer modelo trans corresponden a su revista de agosto y las del «sevillano», a la de septiembre (que es cuando volví). Acompañada por una noticia sobre que en Berlín van a poner los baños «neutros».
Señores y señoras de Iberia-British Airways: esto que están haciendo es un atentado contra la dignidad humana y algún día lo tendrán que pagar.
3-Las (grandes) fiestas privadas ibicencas son lugares para recopilar información acerca de nuevas tendencias.
En la isla de la juerga, y entre los expatriados españoles, argentinos, italianos y demás que trabajan en todo el sector del turismo, hay rumores sobre fiestas a las que se acude gracias a que alguien te recomienda y te apunta en una «lista». En concreto, este año se hablaba mucho de unos judíos suizos que organizaban fiestas donde acudían 500 personas (con discoteca incluida), barra libre de alcohol y (casi con seguridad) de drogas.
«Espera, espera: ¿judíos, suizos, organizando una fiesta… GRATIS?
Aquí hay algo que no encaja», se preguntó el catedrático en Ingeniería Social conocido como Rafapal.
¿Cómo es posible que unos judíos suizos organicen un sarao que cuesta, según los rumores, 1 millón de euros?
A ver: poned que unos tipos influyentes invitan a un grupo de personas influyentes en la isla (en el sector de las fiestas) y les dicen que inviten a amigos; esos amigos invitarán a otras personas influyentes porque la gente influyente tiene amigos interesantes. Y esos amigos interesantes (con buenas ideas, aunque no sean ricos, ojo), invitarán a otras personas con buenas ideas; es decir, creativas.
¿Resultado? De una manera sencilla, tienes reunidas a 500 de las personas más influyentes de la isla, que compartirán información, de la cual te podrás nutrir a la hora de saber «lo que se lleva». Lo cual, es una información muy relevante. (Sin perjuicio, claro, de que pueda haber micrófonos, ojo).
4-Los mariquitas han abandonado la isla casi por completo.
De todos los años en que he estado en la isla, es el primero que prácticamente no veo gays. Unos amigos me lo confirmaron: los gays consideran que la isla ya no es «exclusiva» y ya el año pasado empezaron a irse a las islas griegas (con toda la leyenda que llevan incluidas).
5-Los grandes «millonetis» han empezado a dejar la isla.
Una buena amiga que trabaja en el entorno de los millonarios más millonarios que atracan en la isla me ha asegurado (y puedo creer en su palabra) que estos millonarios se quejan del empobrecimiento en el servicio que obtienen en la isla. «Aunque para ellos gastarse 200 euros en un cubierto sea poco, no son tontos, y quieren que se les dé un buen servicio. Y al parecer, en las islas griegas la relación calidad-precio es mejor».
Así pues, lo que comentaba el año pasado en torno a que el encarecimiento de los alquileres debido al «efecto airbnb» iba a llevar aparejado que fuera menos gente a trabajar, está comenzando a pasar factura a la isla. Según mi amiga, los más ricos ya sólo van a pasar una semana a la isla, en lugar de un mes, y por tanto el sector turístico va a tener que orientarse a la clase media… (si no acaban siendo atrapados por el turismo basura que llega de las islas británicas, claro).
6-Una de las cosas más bonitas de este viaje ha sido compartir vivencias con un rimpoché (reencarnado) y un lama-geshe (maestro en filosofía) que están ofreciendo sus enseñanzas en el centro Ayurvida de mis amigos Kike y Bea. ¡Teníais que haberlos visto disfrutar como niños en la piscina y el trato tan humano con la gente que tienen!
Lo del día que fuimos a ver los tambores a Benirrás, y el monje sacando fotos a los hippies y los hippies sacándose fotos con él, ¡para recordarlo!

7-Me contaron que en pleno Ibiza, hay un local donde se realizan espectáculos sadomaso: una mujer colgándose de unos ganchos en la espalda, y cosas similares. Definitivamente, hacerse daño a uno mismo está de moda actualmente.
Por último (y aunque esto es todavía un fenómeno incipiente), he empezado a escuchar historias sobre grupos sectarios dentro del ambiente espiritual. Una autocrítica infrecuente hasta el momento. Veremos si va a más.