Después de semanas circulando este rumor, la web de fuentes rusas Whatdoesitmean confirma que la sede de la CIA fue allanada por un batallón de los marines, concretamente la unidad 26. En el proceso de requisación de ordenadores se descubrieron las ubicaciones de las plantaciones de droga en Afganistán dirigidas por la Agencia. A consecuencia de ello, Trump ordenó el bombardeo de esos campos, a manos de un avión silencioso Stealth Figther. Asímismo, se comprobó la implicación de la CIA en el golpe de estado en Turquía del año pasado, y se envió esa información a Erdogan, con acusaciones sobre Graham Fuller, el jefe de la CIA para Oriente Medio.
También se encontraron los nombres y detalles sobre las unidades terroristas sunitas encargadas de atacar a Irán, información que se legó al comandante Souleimani.
Los generales Mattis y Kelly, al mando de la seguridad, apuntan ahora a los carteles de la droga mejicana, pero dado el nivel de corrupción de la CIA al parecer van a a subcontratar esa operación a empresas privadas formadas por militares leales.
Por otra parte, las fuentes rusas que informan a Sorcha Faal apuntan a que el gabinete Trump va a comenzar una operación contra el propietario de Amazon, Jeff Bezos, que es un operativo del «Estado Profundo» y se ha convertido en el proveedor de servicios de acceso a la información ¡de la CIA!, lo que le convierte en el «corazón» de la Agencia.
Con esa nueva herramienta de procesamiento de datos llamada «Secret Region», Amazon ha creado un software para recrear la civilización sumeria como una forma de extender el satanismo en la población. El joven senador Tom Cotton, especializado en la persecución de estas sectas satánicas, parece ser el elegido por Trump para dirigir la CIA, luego de que el actual director, Pompeo, se convierta en el jefe de la diplomacia (aunque hay rumores diversos sobre si el actual continuará).
