Atención, que la cosa se pone interesante, porque la información facilitada por RT ayer en torno a la secta «La Familia» puede tener altas resonancias, estando como estamos, en el mes dedicado por Trump a combatir el tráfico de personas y la esclavitud.
Os contaba ayer que una mujer ha denunciado que en la secta hippie que empezó a operar en 1968 con nombres que fueron evolucionado hasta La Familia Internacional se violaba a los niños y se utilizaba a las adolescentes como «cebos» para hombres.
Resulta que una información de The Guardian de hace poco más de un año revelaba que uno de los padrastros de Julian Asange fue un miembro de esa secta y en el vídeo que vais a ver aparece el hacker australiano, que ha reconocido la vinculación de su padre con la secta La Familia que, no siendo exactamente la misma, parece una especie de «franquicia» de la misma, dados los métodos empleados; se les suministraba LSD y valium, entre otras drogas y ¡estaba protegida por la Seguridad Social!
Tenemos pues la secta de Charles Manson, a la que pertenecieron los hermanos Phoenix y Harvey Weinstein, con nombres prácticamente idénticos y prácticas muy parecidas, pero lo mejor de todo es que ayer mismo me contaron que hace unas décadas hubo un suicidio colectivo de una de esas sectas, llamada «Hijos del Amor». Sumadle los davidianos, Heaven’s gate y la secta del reverendo Jim Jones, y nos aparece un conglomerado de cultos que tienen en común los abusos sexuales y la desaparición de niños, o su promoción dentro del sistema.
Parece claro que todos ellos forman parte de una gran operación MK Ultra y que, en definitiva, sus líderes hayan pasado por una programación para cumplir con tal fin y, entre otras cosas, servir de «banco de pruebas» para las barbaridades que décadas después se iban a realizar con los niños: véase síndrome de hiperactivida, Ritalín y endrogamiento de la juventud.