Ahora sí que te vas a caer de espaldas. Resulta que hace dos años la «Deep Web» se vio inundada de información secreta de las agencias norteamericanas facilitada por el supuesto grupo de hackers «Crackas with attitude», y que más tarde llegarían a Wikileaks. Dos jóvenes norteamericanos llamados Justin Liverman y Andrew Otto Boggs fueron detenidos por haber hackeado el correo electrónico, nada más y nada menos que del jefe de la CIA, John Brennan. Pero he aquí que hace pocos días un chaval inglés de 15 años llamado Kane Gamble ha sido puesto bajo el control de la ley de secretos oficiales por haber sido el verdadero responsable de reventar el correo electrónico de una de las personas más poderosas de la Tierra. Y, al parecer, no lo hizo únicamente con métodos información sino mediante «ingeniería social».
Lo alucinante del caso es que, sin salir de su habitación de adolescente, el chico urdió un plan para chantajear a la plana mayor de la inteligencia norteamericana, colocando pornografía en sus ordenadores, aterrorizándolos a ellos y sus familias, hasta conseguir ser confundido con el propio jefe de la CIA, acceder a la información clasificada de la guerra de Afganistán y hasta 20.000 mensajes secretos de la cúpula del FBI.
La lista de los dirigentes que sufrieron la suplantación de su personalidad es la siguiente: el entonces director de la CIA John Brennan, el director nacional de inteligencia James Clapper, el secretario de seguridad doméstica Jeh Johnson, el vicedirector del FBI Mark Giuliano, la agente del FBI Amy Hess, el director de la oficina de ciencia y tecnología John Holdren, la ejecutiva de inteligencia de la agencia geoespacial Vannon Weir Heaton y la asesora de seguridad nacional Avril Haines.
[Después de enumerar las grandes figuras del Deep State a la que hackeó el chaval, Sorcha Faal muestra una «típica habitación de adolescente desde la que se produjo la infiltración»: una broma que me parece antológica y que replico aquí].
Al parecer, en cuanto ganó Trump, el Almirante Rodgers (un «sombrero blanco»: de los buenos) le contó al nuevo presidente el asunto, lo que hizo que dos de los oscuros pidieran a Obama que le destituyeran inmediatamente. Obama no hizo caso porque sabía que esos documentos (que son la base de las revelaciones que ahora llegan) acabarían llegando a manos de Trump. Y, acto seguido, Sorcha Faal nos regala con un detallado mapa de la trama para involucrar a Trump en la «conspiración rusa»: un mapa que (sospecho) es poco a más o menos el documento que ha llegado a los congresistas USA en los últimos días. Analizadlo con detenimiento y recordad que fue un chaval de 15 años el que lo consiguió.
Si pensáis que esto ya lo habíais visto en una película, la respuesta es «sí». En la película «Juegos de Guerra», de 1986, un joven Matthew Broderick se metía en los ordenadores del Pentágono y estaba a punto de generar una guerra nuclear. Pero esto es mucho mejor. Me pregunto cuánto tiempo tardarán en hacer una película sobre esto. Yo diría que 0’00…
En los próximos días esta trama saltará a los medios de comunicación y será el comienzo del fin, primero del Partido Demócrata, y después del Deep State.
