Estaba leyendo un foro de comentaristas sobre los mensajes de «Q» y me he encontrado con uno que me ha hecho pensar: «a partir de ahora, vamos a ver más ‘memos’, éste es sólo el primero».
Mientras desayunaba, se me ha encendido la «lucecita»: «los memos del comité de inteligencia van a ser la manera en la que la verdad se va a dar a conocer».
Todos sabéis que la censura de la verdad por parte de los medios de comunicación de masas ha sido el principal impedimento para que se produjera la tan esperada purga de la élite satánica. El problema que teníamos es que incluso los periodistas que la intentaron contar han sido amenazados, cuando no asesinados, pero ahora, gracias al «memo sobre las escuchas a Trump del FBI» se ha generado un nuevo formato, que en sí mismo es noticioso pero que, además, gracias a las redes sociales, tiene la capacidad para llegar directamente a la gente, salvando la censura. De manera que los medios de comunicación tienen la obligación de informar de ello.
Desde el punto de vista periodístico, el memo sobre las escuchas es ejemplar por varias razones: porque utiliza un lenguaje asequible, al alcance de cualquiera (y no la jerga jurídica que estropea la lectura); porque es extremadamente sintético (apenas tres páginas y media, en las que no sobra nada) y porque, en definitiva, pone los «puntos sobre las íes», es decir, resume lo que tiene que resumir.
En otras palabras, el formato elegido está pensado para que los políticos se comuniquen directamente con la gente y no sólo con otros políticos. Me atrevo a decir que, al igual que Trump está utilizando twitter como medio de comunicación con la ciudadanía de una forma auténticamente revolucionaria, el formato elegido para derribar la conspiración-rusa de Trump es no sólo novedoso sino, como decía el forero reseñado, es el modelo de lo que va a venir.
Dado que, como digo, la censura de los medios de comunicación es el obstáculo a salvar, ¿qué tal si el próximo ‘memo’ versa sobre las corrupciones de la Fundación Clinton? ¿Y otro sobre la Fundación Soros?
Sería un golpe directo, y en la frente.
Así las cosas, si la fórmula se repite (cosa que sólo es, de momento, un deseo), nos podríamos encontrar ante el momento soñado: el momento de la revelación sobre la verdad del 11-S. Una vez creado el modus operandi de esta nueva comunicación entre el gobernante y los gobernados «puenteando» a los medios de comunicación no habría obstáculo alguno para que la conspiración de las conspiraciones se revelase.
Sí, sé que de momento es sólo un sueño, pero estad atentos a los próximos meses.