Estamos a un mes de que China deje de utilizar el dólar para comprar petróleo -lo cual marca el comienzo del final del petrodólar- y las noticias en el sentido de que retornaremos al patrón-oro internacionalmente se multiplican. Que el presidente venezolano haya sacado al mercado justamente en estas fechas una criptomoneda estatal avalada por su petróleo no es en modo alguno casual; ni tampoco, que la semana que viene haga lo propio con otra basada en oro.
Estamos ante el primer intento desde el año 1973 de «saltarse» no sólo el dólar sino el sistema entero del SWIFT y del Banco de pagos internacionales de Basilea (BIS), lo cual ha sido, obviamente, la causa del constante saboteo sobre el país caribeño durante lo que llevamos de siglo.
Me parece claro que Maduro ha obtenido el visto bueno de China y de Rusia para dar ese paso, y que serán precisamente ellos los que comiencen a comprar su petróleo de esa forma. Cambiando los «petros» obtenidos a bitcoins, podrá obtener dólares para comprar en el mercado sin pasar por el sistema de cambios oficial. Veremos en este mes si es la solución, porque si lo fuera, como dice Max Keiser, «si el petro funciona, Estados Unidos no podrá aplicar sanciones en ninguna parte«. O lo que es lo mismo: la sinagoga de Satanás habrá perdido el poder tras siglos pugnando por esclavizar y destruir al resto de la humanidad.
En estas condiciones, falta por saber si Trump, ahora que tiene la Reserva Federal bajo su control, cumplirá con las predicciones de Q y honrará la memoria del último presidente que intentó devolver al pueblo el mejor de sus activos: la emisión de la moneda. ¿Honrará Trump a JFK? Si así lo hiciera, en pocos meses podría ocurrir el milagro.
Esta primavera va a ser emocionante, comenzando por el 26 de marzo, fecha en la que China se saltará el dólar.
