Algo está pasando. Algo está pasando en Polonia. Las noticias, como hechos inusuales, nos informan de los cambios en la sociedad y en la más católica de Europa han sucedido dos hechos anómalos en menos de una semana.
Hace escasas dos semanas, os contaba que el gobierno polaco había preparado una ley para prohibir que impliquen a los polacos en el «holocausto judío». Bueno: este fin de semana el gobierno israelí ha hecho que un representante polaco fuera a Tel Aviv a discutir «cómo arreglar la cuestión» (lo que prueba, por otra parte, que los judíos gobiernan el mundo, pues ningún otro país tiene capacidad para cambiar las leyes de otro, y menos, con su historia). Los comentarios sobre el resultado de esa presión han sido contradictorios en estos días: según algunos, el gobierno polaco había prometido suprimir la citada ley, según otros, se lo estaba pensando.
Lo curioso es que, al hilo de esa información, ha salido a la luz la preocupación judía por «la ola de negacionismo del holocausto que recorre Europa», como se recoge en la información del Jerusalem Post, donde también nos enteramos de que el gobierno polaco está destruyendo monumentos conmemorativos de la entrada del Ejército Rojo en Polonia (aspecto negado por su gobierno).
Gracias a ello, podemos entender las draconianas leyes con las que ¡el gobierno del PP! pretende borrar la memoria del gobierno franquista en España; es una reacción a lo que está sucediendo en el Este de Europa.
Como digo, la noticia ha tenido continuidad, y hoy mismo el diario Jerusalem Post publica las declaraciones de un sacerdote polaco que dice textualmente que «para los judíos, la verdad no se atiene a los hechos, sino a lo que les viene bien a sus intereses», lo cual, más allá de la declaración en sí, bastante obvia, hace que nos preguntemos: ¿qué está pasando en Polonia? ¿Cómo se atreven a desafiar el poder judío de esa forma? ¿Saben algo que el resto de la población no sabe? ¿Sabe que este mes de marzo su poder (el sistema monetario) puede írsele de las manos?
Es la única explicación que le encuentro, porque dos noticias de este calibre en pocos días no es normal.
También muy significativa la preocupación de los judíos por el aumento del negacionismo del holocausto en toda Europa.
