La batería de mensajes de ayer de Q dan cuenta del pánico de los jefazos del partido demócrata, como Adam Schiff, Hillary Clinton o Eric Holder ante la orden de Trump de publicar los interrogatorios y documentos en torno al espionaje a Trump durante la campaña y el montaje para hacer creer a la Opinión Pública que Rusia había hackeado las elecciones.
Los ataques de la prensa oficial contra Q se han redoblado, mientras Trump ha organizado «El día nacional del confidente», en el que el fiscal especial Michael Horowitz ha honrado a los funcionarios que delatan a los corruptos (ver vídeo) y el propio presidente anuncia el despido del segundo del ministerio de Justicia, Rod Rosenstein, si no publica los documentos precisos.