Al igual que todos vosotros, contemplé atónito cómo, intempestivamente, se movía la final de la copa que festeja al mejor equipo de fútbol americano… a Europa. En medio de los días previos a la cumbre del G-20, los supuestos disturbios fueron la excusa para llevarla a miles de kilómetros de allí; al país que vive el mayor caos migratorio de Europa actualmente. España.
Ayer, viendo el susodicho partido con un amigo argentino en un bar, comentamos la posibilidad de que, aprovechando la coyuntura, muchos argentinos que viajaron a Madrid, se quedaran a vivir en la capital del reino.
Recordando que en estos días una gran cantidad de países de la ONU (con el traidor Pedro Sánchez a la cabeza) van a firmar un acuerdo que pretende derribar en la práctica las fronteras para llevar al caos a los países, se me encendió la «lucecita»: todo el «quilombo» de la Copa de Libertadores ha sido un pretexto para enviar miles de argentinos a España y, una vez allí, conocer sus historias para generar el llamado «efecto llamada».
Hoy, cuando he encontrado la siguiente noticia en el diario del Club Bilderberg, El País, ya no me ha quedado duda alguna. Fijaos en este titular: «Messi, Beckham, Larsson y otras razones para quedarse en España». Poco subliminal, ¿verdad?
O esta otra, «Madrid, no tan Buenos Aires». Estamos, en definitiva, ante un nuevo tipo de «ataque de bandera falsa».
En estos últimos meses del Nuevo Orden Mundial, mientras la cúpula del Deep State para por los juzgados y el reseteo comienza, la mafia satánica va a tratar de crear caos en los países mediante la migración. Ojo con la manipulación de nuestras posturas, para llevarlas a extremos violentos.
La migración individual no genera problemas, pero los flujos migratorios organizados y masivos, sí; llevan al caos. Desde los medios, van a hacer que confundamos lo uno con lo otro.
A mi modo de ver, la élite satanista-sionista va a utilizar este arma para desestabilizar países en las semanas de transición de un sistema monetario a otro donde se presupone que pueden acaecer algunos días de lógica inconsistencia de los mercados.