El día en que me enteré de la absoluta tomadura de pelo que fue la guerra de Yugoslavia –que hizo famoso a Pérez Reverte como intrépido reportero de guerra–, empecé a desconfiar del fulgurante éxito como novelista del superventas español.
Veamos: si toda la información que estuvo enviando el señor Pérez Reverte desde Croacia y Bosnia no fue más que una distracción para que la OTAN cumpliera con las órdenes del sionismo internacional para generar la guerra religiosa con la que luego se materializaría Al Qaeda (recordemos que Bin Laden comenzó allí sus andanzas con la yihad), es que el escritor murciano ha formado parte de la estrategia de distracción. A lo que se añade que jamás ha cuestionado la narrativa oficial del 11-S ni de la existencia de Al Qaeda.
O sea: que Pérez Reverte o es muy tonto o muy listo.
Deja TVE y escribe una novela histórica que le lleva a la fama como escritor, no sólo española sino, posteriormente, mundial. Es el único escritor (junto con Javier Marías) al que se le permite ejercer de «macho alfa», hasta que, por fin, alguien se ha atrevido a decirle la verdad a la cara: que sus novelas propagan los mitos negativos de los españoles. ¿Será ésa la explicación de por qué ha sido tan apoyado en todo el mundo, como ha dicho María Elvira Roca Barea?
En estos días, se está desarrollando una polémica en los periódicos oficiales a cuenta de los furibundos ataques de la progresía a la historiadora malagueña, que ha cargado contra la Ilustración en su último libro. Si ya el gurú de Iñigo Errejón, José Luis Villacañas, recibió el encargo de intentar refutar a Roca Barea, ahora Pérez Reverte se ha sumado al linchamiento, dejando entrever la verdad de sus personajes piratas y atrabiliarios: ¡son una representación de él mismo!
Hay que decirlo de una vez: Pérez Reverte es un jeta. Es un caradura porque se jacta de ser una autoridad sobre la historia ¡CUANDO ÉL ESCRIBE NOVELAS! (Algún día nos enteraremos, por supuesto, que Pérez Reverte es miembro de la masonería).
Querido Arturo: si quieres participar en ese debate con Roca Barea lo menos que puedes hacer es quitarte el disfraz de novelista para atacar a tu propio país y escribir un verdadero libro de historia (que no sea sobre la guerra civil).
La cuestión va más allá de la mera trifulca «literaria». La polémica se ha levantado porque, por primera vez desde los carlistas, se está impugnando la modernidad y su origen, la Ilustración.
Artículos de ABC, El Confidencial y Periodista Digital.
Mis vídeos recientes sobre la modernidad e ilustración.
