Política actual — 8 enero, 2021 at 9:03 am

Siguiendo las señales dejadas por Q, la intervención militar debería comenzar este fin de semana: el Presidente estará en «Castle Rock»

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Las informaciones que aparecieron nada más concluir el asalto al Capitolio han demostrado que los asaltantes eran antifas infiltrados en las filas patriotas. Concretamente, el tipo del casco de vikingo ha sido identificado en diferentes marchas izquierdistas, con lo que el pretexto para destituir a Trump queda perfectamente claro. Durante las horas siguientes, el Presidente ha sido expulsado de todas las redes sociales de la élite, lo que conforma la primera de las seis «líneas rojas» que nos llevan hasta la intervención militar.
Tras consumarse la traición, el Presidente se fue a una base militar en Texas donde se encuentra el comando militar central, lo que cuadra con otra de las líneas, así como los movimientos de Pelosi y Pence para que no pueda actuar en estos días. Scavino ha confirmado, en código, la ubicación del Presidente.


En las últimas horas se ha difundido extensamente la declaración jurada de un funcionario italiano que colaboró en el robo electoral, conjuntamente con agentes de la CIA destacados en Italia. Hasta el propio General Flynn la ha compartido, lo que prepara el terreno para la publicación del informe sobre interferencia electoral extranjera en las elecciones, preparado por la comunidad de inteligencia.


El Presidente Trump habría enviado un código al General Flynn (por gematría) para invocar la ley de insurrección.


La siguiente información importante de las últimas horas ha sido que el Presidente se va a la residencia de Camp David este fin de semana. Inmediatamente, los analistas han recordado que esa residencia se conoce, también, como «Castle Rock» (porque tiene un refugio antiatómico), por lo que cuando el presidente esté allí se habrían cumplido las seis condiciones para que los militares intervengan, a falta de las instrucciones del secretario de defensa, que, obviamente, versará sobre la interferencia extranjera en las elecciones.
El problema es que han habido fuertes discusiones entre la comunidad de inteligencia sobre la influencia de China y Rusia en la interferencia en las elecciones norteamericanas. Dos bandos enfrentados: uno tratando de echarle la culpa a Rusia, minimizando el papel de China, mientras el director de inteligencia y el jefe de ciberseguridad recalcaban el papel del partido comunista chino. Una vez más, enfrentamiento entre el Deep State (comunistas) y los patriotas. En unas horas se hará público y ya veremos si hay material para invocar la ley de interferencia electoral.