Historia oculta — 4 enero, 2022 at 10:48 am

Crónica mozárabe de 754 confirma que el Islam no existía cuando se produjo la invasión árabe de 711

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Indagando acerca de la invasión musulmana de la península ibérica en el año 711, he llegado hasta la crónica más antigua existente que narre esos sucesos desde la propia Hispania: la conocida como Crónica Mozárabe de 754. Un cristiano que vive en territorio musulmán escribe, en latín, los acontecimientos del siglo VII en el Imperio Bizantino, el final de los reinos visigodos y la invasión de los «musulmanes» en España y posterior gobierno. Un desastre. «Todo cuanto según la historia soportó la conquistada Troya, lo que aguantó Jerusalén, según vaticinio de los profetas, lo que padeció Babilonia, según testimonio de las Escrituras, y, en fin, todo cuanto Roma enriquecida por la dignidad de los apóstoles alcanzó por sus mártires, todo esto y más lo sintió España tanto en su honra, como también de su deshonra, pues antes era atrayente, y ahora está hecha una desdicha».
La sorpresa viene en la página 7 de esta tesis sobre esta crónica: en ningún momento ve el cronista la invasión como un asunto religioso y sí como uno político-territorial. Es decir: no nombra a la religión musulmana por ninguna parte, lo que encajaría con la tesis revisionista de que en el 711 no existía el islam.
«Barkai plantea que, en la Crónica Mozárabe, el Islam aparece desprovisto de su identidad religiosa, no se habla de ellos como infieles ni herejes, los sarracenos aparecen como rebeldes y crueles conquistadores: ‘El cronista mozárabe ignora casi por completo el significado religioso del conflicto cristiano-musulmán en España, aunque percibe que la conquista de España es parte de la expansión del Islam por el mundo entero. En ese espíritu se abarcó también la lucha con Bizancio: en términos de lucha de sarracenos contra romanos y no de Islam contra cristianismo; es decir, un conflicto político-territorial, no religioso-ideológico. El elemento religioso sólo existe –en la concepción de la conquista musulmana de España– como un castigo divino (iudicium Dei) conforme al modelo bíblico de castigo al pueblo de Israel (…) los musulmanes eran más vistos como ‘el látigo del Señor’ que como verdaderos enemigos'».
En cambio, sí aparece Mahoma (aunque no sabemos si con su nombre, según los revisionistas cristianos, lo que se habla es del «caudillo» pero no se menciona su nombre expresamente. Os pongo el párrafo que supuestamente lo menciona).
«Los sarracenos, en la era 656, año séptimo del imperio de Heraclio, inducidos por Mahoma su caudillo, a la rebelión, se apropian más por astucia que por fuerza de Siria, Arabia y Mesopotamia, y devastan las pro- vincias, no tanto con una invasión declarada cuanto por reiteradas alargadas. Así con habilidad y engaños, no por fuerzas, atacan a las ciudades fronterizas del imperio, y luego sacudiéndose el yugo de su cerviz se rebelan abiertamente. Y ya en la era 656, año séptimo del imperio de Heraclio, invaden su reino y pretenden hacer con él luchando enérgicamente con múltiples y variados resultados». También correlaciona los nombres de los diferentes califas, lo que confirma la historiografía del islam o bien toma prestada esa historia de otras fuentes, lo cual parece improbable.
En definitiva: parece quedar comprobado que el nuevo «imperio árabe» surge inmediatamente después de la derrota del Imperio persa a manos del Imperio Bizantino pero que, al menos en el primer siglo de su existencia, carecía de sentido religioso y fue, entonces, una invasión de un nuevo poder político que al pasar el tiempo se revistió de ese «sentimiento religioso».
Por lo tanto, mi tesis inicial de que Mahoma fue el «Bin Laden» de la época, es decir, un «protoagente de la CIA», manipulado por otras fuerzas, queda reforzada. Con el paso del tiempo se le convirtió en un profeta, pero primero de todo, fue un militar. (Recordemos que Bin Laden fue un personaje mesiánico, con un sentido muy religioso, que creía estar haciendo la yihad, o guerra santa).
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