La llamada del jueves entre Putin y Trump giró en torno al supuesto bombardeo de la central nuclear de Zaporizhzhia por parte del ejército ruso. El líder ruso le contó que soldados ucranianos disfrazados con los uniformes de los rusos realizaron ese sabotaje para generar una conmoción en la población y así implicar en la guerra a Estados Unidos y Reino Unido. Tan bien estaban disfrazados que cuando la tomaron las fuerzas rusas tuvieron dificultades para diferenciar quién era quién y llegaron a disparar a sus propios soldados.
Putin pasó revista a las mentiras diarias que se están contando sobre los rusos, como que los soldados rusos estaban desertando o que Putin había hablado con el presidente francés Macron ayer y le habría dicho que «iba a llegar hasta el final»: «nunca hablo con él, no me gusta ese cerdo», habría dicho Putin. «Yo también le odio», le habría respondido Trump.
Lo más importante de esta conversación fue la actualización sobre el desmantelamiento de los laboratorios de armas biológicas. Las fuerzas de Putin están buscando a 19 científicos que dirigían esas maleficas instalaciones. Según sus informaciones, fueron evacuados cuando comenzaron los bombardeos y el presidente Zelensky los tiene a buen recaudo, protegidos. La noticia es que, según esta crónica, que le entregue a estos científicos es la principal condición que Putin le está poniendo para concluir la guerra, pero Zelensky niega que existan.
«Tenemos que encontrarlos, de lo contrario, seguirán fabricando esas armas que son un peligro para la Humanidad», le dijo Putin a Trump: «¿qué haría usted si estuviera en mi lugar?».
«Removería montañas hasta encontrarlos. Sus crímenes son horribles», le habría contestado Trump, animándole a continuar.
Así que ya sabemos de qué va en realidad esta guerra: evitar más pandemias y acabar con el secuestro y tráfico de niños.
Contádselo a todo el mundo: los rusos están salvando a la Humanidad de los más grandes criminales.
