Lo que acaba de contar la web Whatdoesitmean es tan FUERTE que uno ha tenido que leerlo varias veces para asimilarlo (por las enormes implicaciones que tiene y, por supuesto, recordando que sabemos que los militares norteamericanos tienen el control de la situación). Resulta que el gobierno ruso, después de visionar el documental «2000 mulas» que acaba de disipar las dudas sobre el robo de las elecciones del 2020, ha invocado un artículo de la constitución de su país (el 86) que otorga a su presidente el poder para decidir cuáles son los interlocutores válidos de una nación extranjera. La decisión del gobierno ruso (con el orgullo subido, con su victoria en Ucrania) ha debido ser de tal calibre que el 13 de mayo Putin recibió una llamada de urgencia por parte del Secretario de Defensa (Lloyd Austin) y el 19, del jefe del estado mayor, Mark Miley. Seguramente a consecuencia de esas llamadas, han sustituido al Consejero de Seguridad encargado de las comunicaciones estratégicas (el que está al cargo si hay amenaza de guerra nuclear) y ha colocado a un marine llamado John Kirby, lo que para esta web evidencia que los militares controlan sin duda la Casa Blanca. Acto seguido, el General Mark Miley ha declarado que los militares debían ser apolíticos, desmarcándose de la defensa de la actual administración. (Hay que recordar que el actual Asesor de Seguridad de Biden, Jake Sullivan, fue uno de los promotores de la conspiración del Rusiagate). En definitiva: el gobierno ruso no reconoce al de Biden como legítimo de los Estados Unidos y para él es Trump el verdadero presidente, con el respaldo de sus propios militares. Dado que Rusia es hoy día la primera potencia militar del Planeta, y como los militares norteamericanos son aliados, el Nuevo Orden Mundial de Klaus Schawb y George Soros está, literalmente, muerto.
