Horas después de esa monumental alusión a los pedófilos demócratas, y después de reseñar un tuit de Hillary Clinton al contraataque, Q compartía la lista completa de los usuarios de Twitter que apoyan a Trump y cuyas cuentas han sido borradas, señalando que estas acciones son una muestra del pánico que tienen a que se rebele esta durísima verdad.
Pero lo más grave no es eso, lo más grave comienza aquí, pues nos enteramos de que unos días antes de que Obama abandonara el poder cedió el control de la ICANN, es decir, la entidad que gestiona los dominios de Internet (o sea, su neutralidad) a una entidad privada californiana, y la razón para ello ya os la podéis imaginar, y tiene que ver con lo que algunos habéis empezado a vivir al entrar en esta web: el apagón de Internet. La confusión al entrar a un dominio.
La propia organización ICANN exhortaba anteayer a que los registradores de dominios utilicen un protocolo llamado DNSSEC previendo que haya «problemas de seguridad» en las próximas semanas. ¿Lo vais pillando?
Antes de irse, ese traidor llamado Obama le robó al gobierno de los Estados Unidos el control de la neutralidad de Internet, lo que puede explicar por qué en los últimos días Rusia ha dicho estar probando su propia intranet, para estar preparados en el caso de que Rusia se ha expulsada del SWIFT (el protocolo bancario internacional) o de Internet que, a fin de cuentas, es casi casi lo mismo.
Corroborando todo lo que os cuento, esta noticia de la agencia AFP señalando que «la infraestructura de Internet está bajo ataque».
En resumidas cuentas, estamos en la fase previa a la detención de las piezas clave del Deep State, y ante esta amenaza los malos han decidido jugar su última baza, APAGAR INTERNET. La buena noticia es que el equipo de Trump lo sabe. ¿Qué harán? Bajo mi punto de vista, sólo queda una solución: tomar el control de ese entidad privada que tiene bajo su control actualmente Internet. Si es preciso, con la fuerza.