Un paseo por el Madrid financiero, iluminati y anunaki

Una vez bien estudiada la materia Iluminati y Annunaki, cuando uno despierta a la importancia de la simbología, pasear por las calles de una ciudad como Madrid adquiere un significado especial. Uno ya no se dedica a fotografiar sitios impresionantes en el desconocimiento absoluto de quién y por qué mandaron esculpir esos dioses y diosas, esos seres alados y esas carretas de kilos y kilos de piedra y se les ocurrió ¡subirlos a la azotea! Hay que estar locos, ¿no? ¿A quién cojones se le ocurriría semejante cosa? ¿Qué propósito buscaban?

Bueno, pues estamos en Madrid, barrio de Huertas, llegando al principio de la calle Alcalá. Esto es lo que vemos.

Llegamos a la glorieta de Canalejas (donde asesinaron, por cierto, a un presidente en el siglo XIX. En el edificio del Banco Bilbao Vizcaya (y Argentaria), el mismo banco que guardaba el dinero de ETA (cuyo símbolo es la serpiente) en el 2001, vemos esto.Fijaos en la escultura encima de la entrada.

Enfrente de este banco, está la sede de una compañía de seguros , llamada Vitalicio, cuyo símbolo es el mismo que el de ¡El Congreso de los Diputados! o El León de la Metro Goldwin Mayer (Meyer). Tócate los cojones. O sea, el mismo logo de una compañía de seguros, que una compañía cinematográfica y que el gobierno de España. ¿Dónde están los derechos de autor, señores de la SGAE? ¿O es que acaso todas son la misma compañía?

Poquito más abajo… El edificio Metrópolis, donde se aloja otra sede del Banco de Santander (suponemos que la habrán vendido, con el resto de sus propiedades, antes, por supuesto, de que se desplomara el precio de los inmuebles). Arriba, majestuoso, un dios alado.

Bueno, pues volvemos a mirar a la acera de la derecha, según vamos hacia Cibeles, y llegamos al Banco de España. Inenarrable. Serpientes por todos lados, dioses por todos lados. ¿Esto qué es, señores? ¿El templo de Isis ($ pero con dos palitos) o el lugar donde los españoles tienen su dinero? ¿O es que acaso los seguidores de Isis son realmente los que guardan nuestro (su) dinero? Vean, vean.

Bueno, pues enfrente está un cuartel del ejército, tan austero él, pero con su águila persa-mesopotámica y sus correspondientes dioses en su tímpano (arquitectónico).

A lo lejos, en la misma plaza de Cibeles, vemos más esculturas a lo alto pero no nos detenemos, porque estoy ya es una sobredosis y no conviene sobrecargarse de mala hostia(!!).

Subimos otra vez, para ver el edificio de Metrópolis desde otra perspectiva y, cómo no, el fresco de la entrada del Instituto Cervantes. Sin comentarios.

Volvemos a mirar al otro lado, el «Círculo de Bellas Artes», con su dios a lo alto y un cartel absolutamente impagable «La guerra es nuestra» (muchas gracias por ser tan explícitos, señores Iluminati).

Todavía nos quedan algunos detallitos en la misma Plaza de Canalejas y, por fin, el fin de fiesta.

En la Plaza de Santa Ana (manda cojones) se representa una obra conmemorando la figura de… Satanás. ¿Hay que explicar algo más o está suficientemente claro?