En sus mensajes de anoche (21 septiembre), Q reveló que la ex Fiscal General Loretta Lynch (LL) ha confesado sobre el caso Tarmac que implica a Bill Clinton; la complicidad del ex jefe del FBI, James Comey en el caso del servidor de email de Hillary Clinton (HRC); la implicación del ex presidente del gobierno Barack Obama (Hussein) en que el FBI no actuara en ese mismo caso; y por último la coordinación entre el ex jefe de la CIA Brennan y el senador McCain (No Name) en el ataque al entonces candidato a la presidencia Trump.
Esta auténtica conspiración, ligada a la ley de escuchas FISA es el detonante para «derribar la casa» (del Deep State), y el final debe estar cerca porque Q se pregunta retóricamente «¿Cuándo deja de cantar el pájaro?».
Minutos después, resalta el artículo de The New York Times en el que describe cómo Rosenstein propuso espiar al presidente de los Estados Unidos con la finalidad de destituirlo y la comunicación entre los ex jefes del FBI Comey y McCabe, dentro de unas «alianzas en formación» (suponemos que para salvarse).
Por otro lado, tengo que rectificar un dato que proporcioné ayer: los dos países que han estado colaborando para derrocar a Trump no eran Inglaterra y Francia sino Inglaterra y Australia, dentro del acuerdo de espionaje conocido como «Cinco Ojos».
El último mensaje: «Estamos al borde del precipio. Mantened la calma» creo que no hace falta explicarlo más. Los patriotas norteamericanos han desarmado al Deep State y ahora sólo basta que se acusen unos a otros para salvarse.
