Conforme pasan las semanas, la desconfianza se extiende entre Podemos y el PSOE, y Pablo Iglesias no acaba de entender porqué Pedro Sánchez no toma la mano de un «amigo». La explicación es que primero, Pedro Sánchez se está vengando del desplante que el «coletas» tuvo hace dos años cuando le ofreció entrar en el gobierno y se descolgó con unas propuestas verdaderamente insultantes. Pero hay más, bajo mi punto de vista, Pedro Sánchez está dando tiempo a su «caballo de Troya Iñigo Errejón» para que articule su nuevo partido y, en unas nuevas elecciones, fagocite al partido de Iglesias, para después, fagocitar al partido de Errejón y así conquistar todo el espacio de la izquierda. El único problema es que en el partido de Errejón empiezan a aflorar luchas por el poder y desavenencias personales, y la protagonista vuelve a ser esa loba con piel de cordero llamada Tania Sánchez.
Mientras tanto, y como advertí hace semanas, el caballo de Troya de la masonería francesa, Manuel Valls, se prepara para echar a Rivera de la dirección de Ciudadanos. Lo dice la web del comisario Villarejo.
Ah, por cierto, me comentaban por Barcelona que dentro de la masonería hay una batalla interna a cuenta del globalismo. Hoy publica El Correo de Madrid que una parte de los masones están exigiendo la dimisión de su gran maestre, Oscar de Alfonso.
