La prueba de que tenemos razón. Un estudio demuestra que después de tres meses del pinchazo la efectividad de las «vacunas» Pfizer y Moderna decrece hasta tener efectos negativos y los pinchados tienen, respectivamente, un 76 y un 39% más posibilidades de enfermar que los no vacunados.
Esta noticia abunda en el argumento anterior. El sistema inmunológico funciona mejor que las vacunas.