Política actual — 11 mayo, 2023 at 7:48 am

Una base militar de los Sombreros Blancos es atacada por un robot canino del FBI (según Real Raw News)

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Nueva crónica de Real Raw News que desafía la capacidad de inventiva de una supuesta web de desinformación (¿para qué carajo se iban a inventar una historia tan bizarra como ésta?); invito a los que sepáis inglés a que leáis el original porque simplemente haré un resumen, dada su escasa trascendencia política.
El pasado 6 de mayo los soldados de guardia en la Base de Camp Pendelton avisan de «algo sospechoso» que se mueve cerca de una de las puertas de entrada. Dado que esta base sufrió un intento de voladura hace pocas semanas, las medidas de seguridad se han redoblado en sus alrededores.
Cuando lo contemplan mejor, lo definen como un «perro robótico» de 70 centímetros de alto y piden el permiso para enfrentarse a «él». Permiso que es denegado por el puesto de mando porque consideran que puede estar armado de explosivos y no hace ademán de acercarse. Eso sí, mientras tanto preparan un dron con explosivos para derribarlo, en caso de que continúe acercándose a la puerta.
Sin embargo, el ingenio electrónico desaparece… hasta el día siguiente.
Esta vez lleva un rifle ARES-16 adosado a su espalda y se aproxima a 10 yardas de los centinelas. Baja sus piernas y dispara una serie de balas al aire, haciendo que los marines respondan el fuego, de acuerdo a las normas, aunque las balas pasan por encima de su cabeza. Las balas rebotan en el perro de hierro, que cesa los disparos y desaparece como la noche anterior.
Después de comprobar que era capaz de disparar, los marines se prepararon para el retorno del robot canino. Dos patrullas de marines se escondieron en el bulevard Vandergrift y las calles adyacentes, que dan acceso a la base. A las 2 de la madrugada uno de los soldados obseva una furgoneta de cristales tintados a mil metros de la puerta. Se abre la puerta del maletero y se extiende una rampa hacia el suelo. En ese momento, los marines emergen de la oscuridad de las dos aceras de la calle y rodean la furgoneta antes de que sus ocupantes puedan desplegar el robot.
«El robot canino estaba en la furgoneta con tres ocupantes», dice la fuente de RRN. «Los tres levantaron las manos y se rindieron. No llevaban identificaciones y admitieron que eran agentes del FBI enviados a recopilar información. Hemos confirmado sus identificaciones pero hay algunas cosas que no cuadran». Razonan que el FBI no tiene necesidad de enviar agentes para activar un robot que hay que recargar cada 6 horas cuando disponen de satélites GPS que pueden realizar la misma función.
«Si hubieran querido, podrían haber aparcado a 20 millas de allí, porque esa cosa corre tan deprisa como un oso. Creemos que hay más de lo que parece».
La conclusión de los militares es que los agentes del FBI querían ser detenidos. «Los estamos interrogando y llegaremos al final de esto», añadió la fuente de Real Raw News.