Lo vengo diciendo desde hace ya 5 años: ETA, como el resto de los grupos terroristas, no está gobernada por cuatro chavales sino que sus cuadros de mando están mucho más arriba. Hace tiempo que recuerdo que ETA desapareció en el marco de los acuerdos antiterroristas entre Bush y Aznar de 2001, cortando su vía de financiación muy rápida y sencillamente: sus dineritos estaban en una cuenta del BBV (Banco Bilbao Vizcaya) en el paraíso fiscal de la isla Jersey. Nadie, a día de hoy, ha pedido explicaciones al segundo mayor banco español de esos vínculos con el terrorismo ni se ha investigado tamaña felonía.
El otro día me acordé de esto cuando leí que «ETA había perdido mucho dinero invirtiendo en dólares» (al día siguiente, la propia ETA desmentía la noticia). Parece que no les gustaba que supieran que, en el fondo, están íntimamente ligados al capitalismo.
Y hoy, estalla un asunto que me había pasado inadvertido pero que no tiene desperdicio. Resulta que un mando de la lucha antiterrorista avisó a un etarra (el que llevaba el dinero) de que se le iba a detener ¡impidiendo su detención! Esto se parece demasiado a la película «Infiltrados», ¿verdad que sí? Ahora, si recordamos que parte del material explosivo de Mina Conchita (Asturias, vigilado por la guardia civil) se demostró en la trama del 11-M que no sólo iba a parar a terroristas supuestamente islámicos sino también para ETA. ¡El PP (que algo debe saber), directamente, acusa a Rubalcaba, ministro del interior, del chivatazo!
¿Verdad que al final el conspiranoico Rafapal va a tener razón y ETA está dirigida por el propio Estado español? ¿Verdad que necesitan a ETA para justificar este estado de emergencia terrorista en el que vivimos?
