Política actual — 29 octubre, 2021 at 9:04 am

El abogado de Chelsea Clinton pinta a su defendida como una víctima de la psicopatía de sus padres, según la crónica de Real Raw News

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Según relata Real Raw News, el martes comenzó el juicio militar a Chelsea Clinton con un alegato de una hora por parte de su abogado en el que pintó a su defendida como una víctima del patológico comportamiento de sus padres «quienes la educaron para que un día fuera presidente de los Estados Unidos». El abogado describió cómo sus padres le enseñaron a despreciar a los pobres y, en una ocasión en que, siendo niña, se enamoró de un chico negro, hijo de un sirviente de la Casa Blanca, la llevaron en coche a un suburbio de Washington para que viera cómo vivían los pobres, le preguntaron si era así como quería vivir, y acto seguido, la soltaron en ese barrio y la hicieron volver andando a su casa. En otra ocasión en que desobedeció a sus padres, la metieron en un armario durante dos días, sin dejarle salir ni comer alimentos. Fue con actos como éstos, según su abogado, que Chelsea desarrolló síndrome de Estocolmo, y acabó identificándose con los valores y comportamientos de sus padres. El fiscal respondió que no estaban juzgando a la niña Chelsea de 12 años sino a la adulta de 41, que ha dirigido junto con su madre una Red de tráfico de niños y los ha vendido a pervertidos.
Acto seguido, el fiscal decidió que ya era suficiente y mandó aparecer en escena al marido de Chelsea, Marc Medvinsky, quien, bajo juramento, testificó que no tenía conocimiento de los negocios criminales de los Clinton cuando empezó a salir con Chelsea, en 2005. «Conozco a la familia desde 1993, y formalicé mi relación con Chelsea en 2005, y me casé con ella en 2010. No fue hasta entonces cuando empecé a saber», dijo. El fiscal le preguntó cómo es posible que en 12 años que conocía a su familia antes de ennoviarse con Chelsea no supiera nada de sus actividades criminales. Medvinsky respondió que se esconden muy bien y nadie más excepto su círculo más intímo conoce lo que realmente hacen. «¿Usted no sabía o no quiso saber?», le preguntó el fiscal. «Un poco de las dos cosas», respondió el yerno de los Clinton. En ese momento, el abogado recibió una llamada urgente, se ausentó cinco minutos de la sala y cuando volvió pidió al juez un receso en el juicio «porque han aparecido nuevas evidencias que exonerarán sin duda a mi cliente». El juez lo concedió «sólo porque hoy tenemos otros casos que ver», y ordenó que el juicio continuara el miércoles por la mañana.