Espiritualidad — 11 enero, 2022 at 10:19 am

El propio Corán revela que muchos en la época de Mahoma le acusaron de que sus revelaciones no eran más que enseñanzas de sus maestros judíos

by

Atención a lo que acabo de encontrar.
Según el propio Corán, los detractores de Mahoma le acusaban en su época de haber recibido enseñanzas de fuentes no árabes y después hacerlas pasar como si fueran revelaciones divinas. Esto aparece en la sura 9:61: «es todo oídos», y después amenaza a los que realizan tales acusaciones. En la sura 16:103 también se defiende de estas acusaciones. «Bien sabemos que dicen: ‘a este hombre le enseña sólo un simple mortal. Pero aquel en quien piensan habla una lengua no árabe, mientras que esta es una lengua árabe clara'». Según el libro Robert Gordon «¿Existió realmente Mahoma?», el misterioso extranjero que supuestamente enseñaba a Mahoma se llamaba Salman el persa, pero la palabra con la que se le designa «ajami», también se traduce, simplemente, como «extranjero». El primer biógrafo de Mahoma, Ibn Ishaq identifica a este maestro de Mahoma como «Jabr el cristiano», esclavo de B. al-Hadrami. Otro extranjero que enseñaba a Mahoma, según la tradición islámica es abu Fukayha Yasar, «que era JUDÍO, no árabe», según el estudioso Muqatil ibn Sulayman (767 después de Cristo). Muqatil también recoge acusaciones del enemigo de Mahoma, an-Nasr ibn al-harith, diciendo que Mahoma sólo decía lo que Jabr y Yasar le enseñaban. «El Corán no es nada más que mentiaras que Mahoma se inventó… Aquellos que le ayudaron fueron Addas, un esclavo de Huwaytib v. Abd al-Uzza, Yassar, que era un sirviente de Amr b. Al Hadrami y Jabr, que era judío, y más tarde se convirtió en musulmán (…). El Corán no es más que un cuento de los ancianos, como los cuentos de Rustam e Isfandiyar. Estos tres enseñaban a Mahoma al amanecer y al anochecer».
Esto último aparece en el propio Corán, 25; 4-5. «Dicen los infieles. ‘Esto no es sino una mentira, que él se ha inventado y en la que otra gente le ha ayudado. Obra impía y dolosamente». (…). «Y dicen: ‘patrañas de los ancianos, que él se ha apuntado. Se las dictan mañana y tarde'».
Luego está, por supuesto, el primo de su primera mujer Jaicha, Waraq bin Naufsal, un judío convertido al cristianismo (seguramente gnóstico) que fue quien le convenció de que se había encontrado con el Arcángel Gabriel, y estaba llamado a ser un profeta.
En definitiva, ya en la época de Mahoma había rumores de que estaba manipulado por judíos y fueron ellos quienes se inventaron el Corán. Tiene toda la lógica, porque nadie más que los judíos estaba interesado en empequeñecer la figura de Cristo, despojándole del título de Dios encarnado.
Página 109 del libro de Robert Gordon, «¿Existió realmente Mahoma?».